» Publicaciones


 

 

PRÓLOGOS Fecha
Prólogo de Juan González Bedoya
Libro: «Construir Cantabria, por qué la autonomía»
Julio 1980
Prólogo de Pilar Narvión
Libro: «El Presidente, claves históricas de una transición»
1980
Prólogo de Miquel Coll Allentorn
Libro: «La Comarca en la Autonomía de Cantabria»
Abril 1988
Prólogo de Pedro Crespo de Lara
Libro: «75 años de Historia de la Asociación de la Prensa»
Dic. 1989
Prólogo de Mariano Rajoy Brey
Libro:«Propuesta de Reforma del Estatuto de Autonomía de Cantabria»
Enero 1992
Prólogo de Manuel Pizarro Moreno
Libro:«Adolfo Suárez, La Memoria del Silencio»
Nov. 2012
Prólogo de Carlos Muñoz-Repiso Izaguirre
Libro:«100 Años de Tráfico en Cantabria»
Dic. 2014
Prólogo de Dolores Gallardo Ceballos
Libro:«100 Años de Asociación de la Prensa de Cantabria»
Jun. 2015

 

PRESENTACIONES Fecha
Presentación de Carlos Bribián
Libro: «Torrelavega, Historia de su prensa. Siglo XIX»
Julio 2000
Presentación de Pedro Crespo de Lara
Libro: «Hacer Pueblo, Hacer Cantabria»
Junio 1984
Presentación de Víctor de la Serna Gutiérrez-Répide
Libro: «Construir Cantabria (Por qué la Autonomía)»
Mayo 1981

 

 

 

 

ALFONSO I Y HERMESINDA
XIII siglos de la Dinastía de Cantabria que surgió del Duque Pedro y de Pelayo

I.S.B.N: 978-84-946476-3-5.

El escritor y Doctor en Periodismo, José Ramón Saiz Fernández, ha sacado a la luz su nueva obra –continuidad de El Ducado de Cantabria– con el título Alfonso I y Hermesinda que coincide con el 73º Año Jubilar Lebaniego. Con el sumario “XIII siglos de la Dinastía de Cantabria que surgió del Duque Pedro y de Pelayo” parte de la afirmación que hiciera en una de sus obras el historiador, archivero, arqueólogo, filólogo y bibliotecario Bernardino Martín Minguez, que nacido en la provincia de Palencia en 1849, falleció en el discurrir del siglo XX: “Liébana, esta glorísima región, fue la primera en alzarse contra los mahometanos.  El primer grito de independencia, dado entonces, a Liébana pertenecía. Pelayo había nacido allí y estaba en aquellas riscosas montañas”.

 En este trabajo editorial de Ediciones Los Cántabros, se da cuenta del matrimonio de Alfonso –hijo del duque Pedro de Cantabria- con Hermesinda –hija de don Pelayo-, con el fin de sumar fuerzas para combatir al invasor. Alfonso I el Católico que reinó entre 739 y 757, amplió las fronteras y como gran guerrero hizo frente a los árabes. Hermesinda, nacida en Cosgaya, fue hija del rey Pelayo, hermana del rey Favila, madre de Fruela I, tía de los monarcas Aurelio y Vermudo, suegra de Silo, madrastra de Mauregato y abuela de Alfonso II el Casto, el gran rey de la Reconquista.

El autor, que es Académico Correspondiente de la Real Academia de Historia, destaca en su trabajo que se cumplen, además, cien años del informe de la Real Academia de la Historia que, reunida en junta, aprobó un informe, escasamente conocido, sobre el origen de la Monarquía Española que señala que “Los orígenes de esta nueva dinastía deben buscarse en la indómita Cantabria…y el verdadero tronco de los antiguos Monarcas de la Reconquista fue Pedro, Duque de Cantabria”. El dictamen tiene fecha 4 de abril de 1916, siendo firmado y ratificado por los académicos José Ramón Mélida Alinari (1856-1933), Manuel Perez Villamil (1849-1917) y Gabriel Maura y Gamazo (1879-1963). El 7 de abril el dictamen fue aprobado por unanimidad de la junta de académicos de la Real Academia de la Historia.

El índice de la obra –publicada en la página 239- es el siguiente: Introducción a cargo del autor; 1. El pueblo de los cántabros, su territorio; 2. El “pacto” de Cosgaya; 3. Liébana, el refugio de Pelayo; 4. Hermesinda y Alfonso: la alianza de Pelayo y de Pedro, duque de Cantabria; 5. Reyes de la indómita Cantabria: el tronco familiar del duque Pedro y, finalmente, 6. Beato de Liébana en la cultura de su tiempo.

 

 

1895: Torrelavega vio la luz

I.S.B.N: 978-84-946476-5-9.

Aborda la puesta en marcha de la Compañía General de Electricidad Montaña –constituida en 1894- y la llegada de la luz eléctrica a Torrelavega un año después, concretamente el 20 de diciembre de 1895, meses después de que la Villa alcanzara el título de Ciudad.  Fue este año un tiempo mágico en la historia de la ciudad al iniciarse un tiempo  de renacimiento para Torrelavega y su ciudadanía. El año se inició con la inauguración del Ferrocarril del Cantábrico, que comenzó a unir a Santander y Cabezón de la Sal con la ciudad, lo que afianzaba a Torrelavega –entonces un municipio con aproximadamente siete mil habitantes– como cabecera comercial, además del  animado bullicio de sus mercados que se celebraban los jueves en sus plazas más significativas, así como de sus ferias ganaderas bimensuales de la Llama.

Como en otras circunstancias que ha vivido Torrelavega, la llegada de la luz fue el resultado de una apuesta local protagonizada por sus hombres más inteligentes que, a la vez, contaban con medios económicos. Comandados por el alcalde Martín Blanco y el ingeniero de minas, Guillelmo Gómez Ceballos, que década y media antes, siendo muy joven, había sido primer regidor, la voluntad de ambos y de otras personas que participaron en ese núcleo agitador de nuestras fuerzas vivas, lograron hacer realidad la Compañía General de Electricidad «Montaña, que un año después –tras instalar una central eléctrica con material alemán en Villapresente, en el antiguo molino de La Flor– posibilitaron el suministro eléctrico a Torrelavega, hecho que fomentó en pocos años una decidida apuesta por la industrialización.

El valor del alumbrado eléctrico para Torrelavega quedó de manifiesto con la lectura de la prensa capitalina. En La Atalaya –primer periódico en difusión de la provincia– correspondiente al lunes, 23 de diciembre de 1895, podía leerse este comentario categórico: «Si la envidia no fuese un pecado capital, nosotros nos permitiríamos sentir, por una sola vez y en colectividad, un poco de envidia. Se la tendríamos no a París, ni a Londres, ni a Nueva York, que eso fuera envidiar mucho, sino a Torrelavega, a la otra ciudad montañesa, que acaba de ponerse muy por encima de nosotros». Por ello, fue una suerte para Torrelavega contar con hombres tan atrevidos como inteligentes en desplegar la energía eléctrica para propiciar un nuevo desarrollo y condicionar para mejor nuestras vidas.

 

 

Torre La Vega, siglo XX
Noticias, Publicidad e Imágenes

I.S.B.N: 978-84-946476-4-2.

A lo largo de las casi tres mil páginas ya impresas que han sumado los diez tomos anteriores, hemos dibujado el rostro y la huella de Torrelavega en las últimas diez décadas con su transformación en todos los órdenes. Hemos pasado de la falta de escuelas a la escolarización de toda nuestra población joven; desde la pobreza y el desasosiego a la configuración de una clase media que, tras años de sacrificios y estrecheces, ofrece una estabilidad social que nos ha permitido avanzar en toda clase de prestaciones  y aumentar nuestra esperanza de vida. En definitiva, hemos pasado de una sociedad iletrada sin acceso a la cultura, a una sociedad cultivada a la que el Estado en toda su estructura territorial, ofrece múltiples posibilidades. Hemos avanzado, pues, a mejor después de antepasados –generaciones pasadas- que se sacrificaron ejemplarmente por nuestro bienestar.

Dentro de los esquemas que nos ha proporcionado la elaboración de esta obra, hemos pensado que el mejor final sería el de poner a disposición de los lectores –como se hace en este nuevo tomo-  las noticias que se han sucedido a lo largo del siglo XX y que, en general, han proyectado una dimensión de Torrelavega ante España.  Con el relato de noticias que año tras año de la primera parte del siglo XX (1900-50) hemos rescatado de periódicos nacionales y provinciales (que, por lo general, no han sido recogidos en su detalle en las crónicas publicadas en los diez tomos anteriores- hemos elegido una muestra muy representativa de la evolución del comercio local a través de los anuncios publicitarios de establecimientos que hicieron historia en su relación con los habitantes de la ciudad y de los pueblos limítrofes.

A la hora de insertar esta nueva línea de trabajo, hemos partido de la idea de que es difícil entender la evolución de la sociedad sin tener presente el desarrollo de la publicidad de sus comercios y negocios en general. De esta manera, hemos querido recordar lo que está detrás de cada anuncio comercial, que es el alma de una ciudad a través de sus comerciantes, de gentes con capacidad de negocio que arriesgaron para mejorar su economía y la de la ciudad. Un tiempo –medio siglo es el que analizamos- en el que comercio y ciudad han caminado de la mano, promoviendo un nuevo urbanismo.

Al mismo tiempo, se insertan una serie de imágenes que mejor reflejan, en nuestra opinión, el desarrollo urbano y como la ciudad ha ido evolucionando a través de la mano y los quehaceres de sus esforzados protagonistas.

 

 

90 Años de la Sociedad Coral de Torrelavega (De Lucio Lázaro (1925) a Manuel Egusquiza (2015)

I.S.B.N: 978-84-943297-4-6.

Año: 2015. Pág.: 128. Precio: 10 €. Sociedad Coral de Torrelavega.

Fundada en 1925, la Sociedad Coral de Torrelavega acaba de celebrar su 90 aniversario con la edición de un libro que recoge con detalle una historia de acontecimientos de gran relieve, muchos de ellos vinculados al prestigio y el empuje de Torrelavega: desde el logro del primer premio en el certamen de Bilbao en los años treinta, la celebración del concierto número mil el 21 de agosto de 1968, la muerte del maestro Lucio Lázaro en el año del cincuentenario (1975), la llegada en 1992 de Manuel Egusquiza Ochoa o, el último concierto de Navidad (2014) que ante más de un millar de personas que llenaron la Iglesia de la Asunción, trasmitió una vez más sus excelencias, que no son otras que las de saber cantar y despertar emociones.

En esta antesala del Centenario, la Sociedad Coral se ha convertido por méritos propios en una institución entre las instituciones de Torrelavega y Cantabria. A través de sus 128 páginas el autor nos lleva a los tiempos de los orígenes del canto en Torrelavega -con el protagonismo de Cándido Lucio, director del Orfeón Torrelaveguense y de su hijo, el compositor José Lucio Mediavilla- que continuaron con los cincuenta años de la etapa de Lucio Lázaro a quien sucedieron,  tras su muerte en diciembre de 1975, nada menos que seis directores en dieciséis años, el último antes de llegar Manuel Egusquiza (1992), fue Amador García, un coralista de siempre que dirigió la batuta casi ocho años.

En este nuevo siglo, el segundo de su historia, la Coral sigue sumando éxitos y laureles. En torno a su acontecer ha estado siempre la ciudad y los torrelaveguenses todos,  afrontando tiempos dispares de empuje, bonanza, tormento, confrontación, convivencia y crisis, haciendo honor a la tradición y al legado musical. Todo un empeño que vuelca en un deseo manifestado en sus noventa años de historia: “Todo por Torrelavega y para Torrelavega, por cuya gloria luchamos”..

 

Cien Años de Asociación de la Prensa de Cantabria

I.S.B.N: 978-84-943297-2-2.

Año: 2015. Pág.: 640. Precio: 35 €. Asociación de la Prensa de Cantabria.

A través de más de 640 páginas se desvela el recorrido histórico de la entidad periodística desde que fuera fundada en 1914 por los profesionales que trabajaban en los cuatro diarios locales El Boletín de Comercio, La Atalaya,El Cantábrico y El Diario Montañés, dirigidos por Alfredo Corpas, Eusebio Sierra, José Estrañi y Ángel Quintana, respectivamente. A estos cuatro diarios se sumó El Pueblo Cántabro a los dos meses de constituirse la entidad periodística.

Desde su fundación la Asociación de la Prensa ha contado con los siguientes presidentes: José Estrañi y Grau (1914-19), Eusebio Sierra Cantolla (1920-22); José Segura Hoyos (1922-32), Angel Quintana Lafita (1932-38); Manuel González Hoyos (1938-42), Francisco de Cáceres y Torres (1942-55); José Pérez Parada (1955-75); Francisco Rado Varela (1975-79), Rodolfo Crespo de Lara (1979-81); Juan Antonio Prieto Rodríguez (1981-92), María Ángeles Samperio Martín (1992-2010) y actualmente Dolores Gallardo Ceballos.

La primera asociada fue Juby Fernández Bustamante (1964) y la primera periodista que alcanzó un cargo en la directiva, Carmen Sollet Sañudo (1975). Desde 1992 dos periodistas alcanzaron la presidencia: María Ángeles Samperio y Dolores Gallardo Ceballos.

Uno de los capítulos más importantes se refiere a la historia de casi cincuenta años de La Hoja del Lunes, publicación que fue propiedad de la Asociación de la Prensa hasta que cerró en 1984. En los anexos se incluye la relación de asociados (pp. 633-35) hasta el 31 de marzo de 2015.

El libro consta de diez capítulos, cuyos títulos son los siguientes: 1) 1914: Fundación de la Asociación de la Prensa con José Estrañi de presidente. 2) 1918-21: De la presidencia de Estrañi a la de Eusebio Sierra. 3) Presidencia de José Segura y la Asamblea Periodística de 1922. 4) 1922: Fundación en Santander de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España. 5) 1923-25: Fiestas hispanoamericanas, homenaje a Benavente y el Día de Santander. 6) Presidencia de José Segura: Del descanso dominical a la II República. 7) Presidencia de Ángel Quintana y la incautación de periódicos (1937). 8) 1935-84: Medio siglo de Hoja del Lunes. 9) De la época de la censura a la transición a la democracia. 10) Cambios en España y en la Asociación de la Prensa.

 

50 Años del Templo de la Virgen Grande

I.S.B.N: 978-84-943297-3-9.

Año: 2015. Pág.: 204. Precio: 12,50 €.  Editorial Los Cántabros.

La historia de medio siglo del templo de la Virgen Grande, de la parroquia San José Obrero (197o), se aborda en esta obra editada por el Ayuntamiento. A través de 128 páginas se destaca que Torrelavega recuperó el lugar histórico del origen de la Villa y de la iglesia centenaria de la Vírgen de la Consolación con la inauguración, en 1964, del templo que tras la sabia decisión del párroco, Teodosio Herrera, acogió a la Patrona de la Ciudad.

En el libro de José Ramón Saiz se desvela el momento en el que don Teodosio anunció la construcción de un templo sobre las ruinas que dieron origen a la Villa, anunciando que su construcción se financiaría íntegramente con los donativos de los fieles. Fue así como, peseta a peseta, se lograron los 24 millones que costó.  Con una estructura arquitectura novedosa para aquellos tiempos, el templo parroquial cuenta con una bóveda o cúpula impresionante compuesta por 144.000 ladrillos con un peso de 600 toneladas, cúpula que se fabricó por completo en Talleres Obregón y que se instaló con gran ingenio en una etapa en la que todavía no existían grúas.

Los capítulos de la obra discurren desde los orígenes de la Villa hasta el anuncio, construcción e inauguración del templo, hecho este que aconteció el 15 de agosto de 1964. También recoge la formación en 1955 de una comisión pro-restauración, la colocación de la primera piedra un año después y las biografías de los dos párrocos que han regentado la parroquia desde que se creó en 1970: Teodosio Herrera y Jesús Fernández.

Al mismo tiempo se recuerdan en sus páginas los sacerdotes más emblemáticos que desde hace medio siglo pasaron por el templo: desde José López Hoyos, que dirigió, además, el Instituto Marqués de Santillana, pasando por el organista José Luis Casta, el coadjutor Emilio Revuelta, Carlos Guerra, Fernando Meruelo, Aurelio Vigo y, en especial, Pedro Sandi y Amable Pelayo.

Muchas de las fotos del libro se deben al buen hacer de Hilario Terán, propietario de Droguería Hilario, que como excelente fotógrafo realizó numerosas imágenes de la construcción del templo. En su comercio de la calle Ave María, instaló don Teodosio su oficina para seguir a pie de obra las vicisitudes de la  construcción de un templo que embellece el centro de la Ciudad.

 

Torre La Vega (1993-1997). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo IX

I.S.B.N: 978-84-943297-0-8.

Año: 2014. Pág.: 248. Precio: 30 €. Editorial Los Cántabros.

Al llegar al tomo noveno se puede hacer este balance: más de dos mil doscientas páginas acompañadas de unas cinco mil imágenes. El periodo que analizamos coincide con el I Centenario como Ciudad, acontecimiento al que dedicamos treinta y dos páginas. Entre otros acontecimientos de la vida local, destacamos la puesta en marcha del Boulevard-Ronda, la obra más modernizadora de la ciudad al crear una red de comunicaciones por el interior de la ciudad con espacios para ciclistas y peatones, bautizada popularmente como ruta del colesterol. Otro hecho importante representó la inauguración, en 1994, del hospital comarcal de Sierrallana, después de iniciarse sus obras –especialmente los accesos, que exigieron un fuerte presupuesto– a partir de 1987.

El encierro de Sniace en las primeras semanas de 1993 logró dos efectos: por un lado, la extraordinaria solidaridad con la problemática social de los trabajadores afectados por repetidas regulaciones temporales de empleo y despidos, hecho que se proyectó a nivel nacional, y por otro la crisis irreversible de una empresa que avanzaba lentamente hacia su práctica desaparición. Tiempo de manifestaciones en defensa del empleo que sacaron a las calles a miles de torrelaveguenses, respuesta que se repitió con motivo de la huelga general de 27 de enero de 1994 que paralizó la ciudad.

En nuestro recorrido por las calles, en esta ocasión hemos elegido Mártires, tan antigua como la propia historia de la Villa. Una calle que conserva la Casa de los Escudos –la más antigua de la ciudad– además de mantener el espíritu de un pasado aristocrático como recuerda el palacete del Conde de Torreanaz, hoy convertido en Biblioteca Pública Gabino Teira. En Mártires vivieron, en diferentes etapas, Francisco de Ceballos, primer Marqués de Torrelavega, en cuya mansión pernoctó Alfonso XII; Ramón Fernández-Hontoria, Conde de Torreanaz y Alfonso Pidal y Chico de Guzmán, Marqués de Pidal.

De las biografías con proyección nacional destacamos la del actor Julio Núñez Merino, figura de primer nivel en los espacios dramáticos de Televisión Española, además de dos artistas de gran calado: Higinio Sainz Abascal, que fuera profesor de dibujo del Marqués de Santillana y que como artista de la piedra realizó muchas de las esculturas del nuevo templo erigido en honor de la Patrona de la ciudad. El otro artista es Luciano García Herreros, Chanete, considerado introductor de la serigrafía.

En general, doscientas cincuenta páginas y más de quinientas imágenes que ilustran el acontecer local de los años intermedios de la década de los noventa en la que se vislumbraban importantes cambios supranacionales. Para Torrelavega los momentos comienzan a ser delicados, con una crisis industrial que se irá agudizando año tras año, sin que se tomaran decisiones en los distintos niveles de gobierno.

 

Cien Años de Tráfico en Cantabria

I.S.B.N: 978-84-943297-1-5.

Año: 2014. Pág.: 352. Precio: 25 €.  Editorial Los Cántabros.

La literatura sobre el automóvil en Cantabria es un campo inédito. Con esta obra se abre una etapa en la que, con seguridad, ocupará más interés entre los autores cántabros, sobre todo al tratarse de un sector que marca los procesos de decadencia y desarrollo económicos desde los inicios del siglo XX a nuestros días, acogiendo, además, una estructura empresarial que merece ser analizada con detenimiento. Como se señala en esta obra sobre la especialización en el automóvil de poblaciones como Los Corrales de Buelna y Sámano (Castro Urdiales), se trata de un sector que aporta el 25 por ciento del PIB cántabro.

El automóvil, ese admirable artefacto, como lo llamó el entusiasta Ortega y Gasset en 1930, ha impregnado desde sus orígenes el imaginario colectivo y ha cambiado costumbres sociales profundamente arraigadas. Si la novela del siglo XIX descubrió el ferrocarril, la del XX se ha recreado en el automóvil. Entre las primeras referencias en las letras españolas, la obra El hombre que compró un automóvil, de Wenceslao Fernández Flórez, aborda este campo partiendo de las tribulaciones del protagonista  que pensaba que un hombre no era nada en la vida si no poseía un automóvil. Corría el año 1938. Treinta años antes había aparecido en la literatura mundial la primera referencia al automóvil. Fue en la obra El viento en los sauces, un popular cuento para niños escrito por Kenneth Grahame, que tiene el honor de ser la primera referencia literaria de la Historia en la que aparece un coche.

José Ramón Saiz Fernández, Doctor en Ciencias de la Información, historiador y Académico C. de la Real Academia de la Historia, se adentra en esta obra en el mundo del tráfico y del automóvil y nos traslada por los tiempos de las primeras diligencias, el primer coche matriculado en Santander y el primer fallecido por atropello. Capítulos de interés en los que analiza el desarrollo del automóvil y el principal problema surgido: el de la siniestralidad. Solo hay que recordar que en 1984 -han transcurrido tres décadas- se produjeron en España entre 60 y 70.000 accidentes con víctimas que se cobraron el tremendo tributo de cuatro mil muertos, no existiendo en nuestro país ninguna causa de mortalidad no natural que alcanzara estos volúmenes.

 

Torre La Vega (1988-1993). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VIII

I.S.B.N: 978-84-616-6948-6.

Año: 2013. Pág.: 248. Precio: 30 €. Editorial Los Cántabros.

Torre La Vega (1988-1993). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VIIIEl cambio de década de los ochenta a los noventa fue un tiempo de movilizaciones en la calle. La ciudadanía asistía a una caída del peso industrial de Torrelavega  –la crisis de Sniace fue su mayor exponente tras la salida de Banesto que provocó su suspensión de pagos- y a la desaparición de su infraestructura hospitalaria sin una alternativa pública. La ciudadanía, por tanto,  logró que finalmente se construyera un hospital comarcal -no inaugurado hasta 1994-  que cerraba el ciclo de los hospitales del Carmen, Cruz Roja y Clínica Alba. Por otro lado, el problema laboral apretaba con una caída significativa del empleo en las cuatro grandes empresas y la grave crisis en Sniace.  Al mismo tiempo, varios accidentes en el interior de la mina con el balance de dos muertos, llevó a 67 mineros a encerrarse en el nivel 14 del pozo de Santa Amelia. Una etapa, además, en la que surgió la presencia social de los cristianos de la parroquia de la Asunción, poniendo en marcha una campaña de solidaridad con los parados. También se relata en el libro el accidente con el balance de tres muertos en el derribo del Edificio Vila en la calle Consolación y otros  capítulos referidos a la gran labor social de Amica, el arquitecto Ricardo Lorenzo o el fallecimiento de Mauro Muriedas. Un tiempo, además, en el que Torrelavega superó por primera vez los 60.000 habitantes.  En el libro se aborda también la historia de la Plazuela del Sol (hoy de Gelín Menéndez), con la biografía del gran médico, investigador del cáncer en los inicios del siglo XX, el doctor Aurelio Pérez Ortiz, así como el viaje a Nueva York del Grupo de Danzas de Nuestra Señora de las Nieves de Tanos y la historia de la Tertulia Sago. El papel de los fotógrafos en la ciudad y el 75 aniversario de la Cámara de Comercio, conforman otras aportaciones de interés en este tomo octavo. En  fin, todo el acontecer local que cierra las 250 páginas y las casi mil imágenes publicadas con lo acontecido en la ciudad entre 1989 y 1993.

 

Adolfo Suárez: La Memoria del Silencio

 Prólogo de Manuel Pizarro.

I.S.B.N: 978-84-15112-24-2.

Año: 2012. Pág.: 398. Ediciones Montañas de Papel.

Adolfo Suárez: La Memoria del SilencioEs la narración de un año crucial para la historia de España que va desde julio de 1976 a junio de 1977. Es una crónica trepidante del día a día de los protagonistas de ese proceso único que llamamos ‘la transición’. Como señala Manuel Pizarro en el prólogo de la obra “han pasado 35 años, se han desclasificado documentos oficiales de la época y disponemos de numerosos estudios, memorias y variadas interpretaciones. Esta crónica del primer año Suárez tiene el valor incalculable de situarnos en directo, en caliente, en el núcleo mismo de la historia: el relato avanza como si el mundo aquel, con sus inquietudes, sus anhelos y sus dilemas, hubiera sido preservado para nosotros para que, pasado el tiempo, pudiéramos disfrutarlo y sufrirlo, revivirlo en definitiva, desde la distancia y el futuro”. El libro abarca desde la caída de Carlos Arias hasta la normalización democrática con la celebración de las primeras elecciones. El autor destapa todos los secretos de la designación por el Rey de Adolfo Suárez como jefe de gobierno, con el apoyo de Torcuato Fernández-Miranda desde la presidencia de las Cortes y del Consejo del Reino, la primera amnistía, los contactos con la oposición democrática, la sustitución en la vicepresidencia militar con la llegada del teniente general Gutiérrez Mellado, la aprobación de la reforma política por las viejas Cortes y el posterior referéndum, abordando igualmente todo el proceso de desestabilización contra los avances democráticos como significaron los secuestros de Oriol y Villaescusa o la semana de terror en Madrid en enero de 1977. En definitiva, todo lo que aconteció en once meses, que Manuel Pizarro define como el proceso “vivísimo y acelerado de ‘cómo se inventó’ la democracia”, destacando que su principal protagonista, Adolfo Suárez, “supo aunar un temple, un valor y una capacidad de trabajo que no pueden dejarnos indiferentes y que cada día que pasa, estoy seguro, adquieren más vigencia y más actualidad”.

 

Torre La Vega (1986-1989). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VII

I.S.B.N: 978-84-939964-2-0.

Año: 2012. Pág.: 248. Precio: 30 €. Ediciones Los Cántabros.

Torre La Vega (1986-1989). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VIIEn esta nueva entrega se desgrana lo más importante de lo acontecido en la ciudad en los últimos años de los ochenta, destacando entre otros los avances en infraestructuras con la entrada en funcionamiento de la autovía Torrelavega-Bezana y la adjudicación de las rondas de circunvalación, además de un recorrido por la Torrelavega social con especial acento en la puesta en marcha del Hogar del Transeúnte y Coorcopar. En este tomo se publican, además, unas 600 fotografías en las que aparecen caras conocidas de la ciudad que han sido identificadas. En este tomo VII se aborda, además, la historia de la calle Julián Ceballos con sus comercios y personajes desde que el 1876 fuera aprobada por la Corporación. Otros temas de interés se refieren al Grupo 1900, que culminó en este tiempo con la edición de una obra gráfica sobre el pasado de Torrelavega, además de Gentes de Torrelavega, conjunto de retratos de tipos populares realizados con ingenio por Cándido Rodríguez Fernández-Diestro. También se rememoran los cien años de la botica decana: la de los soportales de la Plaza Mayor y la desaparición de tres referencias importantes de la cultura local: José del Río Gatóo, fundador y director de los Garcilasos, y los artistas Eduardo López Pisano y José María Bárcena. Todo ello en vísperas de entrar en los noventa, la última década del siglo XX.  En la portada del libro figura, en esta ocasión, la Plaza del Grano o de Baldomero Iglesias, antes de su remodelación a finales de los ochenta.

 

Torre La Vega (1981-1986). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VI

I.S.B.N: 978-84-615-5469-0.

Año: 2011. Pág.: 260. Precio: 30 €. Ediciones Los Cántabros.

Torre La Vega (1981-1986). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VIA lo largo de 260 páginas ilustradas con más de 600 fotografías, aparecen numerosas personas que participaron en la historia de Torrelavega en los inicios de la década de los ochenta, destacando que después de las movilizaciones por el empleo en los finales de los setenta, los primeros años de la nueva década se definieron por el desarrollo y avance de los derechos sociales con la fundación de asociaciones como CORCOPAR, AMAT, AMICA, el Hogar del Transeunte o la Casa de los Muchachos. En esta línea de inicativas sociales aparece, igualmente, la del párroco Teodosio Herrera como principal impulsor de todo el entramado social de la Fundación San José; las biografías de Serafín Fernández, Pablo Maestre y Pedro Lázaro, el cincuentenario del Instituto y la jubilación del gran director, José López Hoyos y, en general, todos los acontecimientos de este tiempo, en especial la rehabilitación de La Lechera, etapa que coincide con el mandato de los alcaldes Manuel Teira y Manuel Rotella y el inicio de la etapa de José Gutiérrez Portilla. También aparecen las referencias al inicio de la autonomía de Cantabria con el primer Gobierno en el que participaron dos torrelaveguenses: Serafín Fernández-Escalante como consejero de Economía y el propio autor como consejero adjunto al Presidente y de Relaciones Institucionales. En este tomo se relata también el viaje de los Reyes a Torrelavega en 1984; la crisis y desaparición de las fábricas de calzado, el cierre de Ferretera Montañesa y la «cuenta atrás» en la crisis final de Talleres Obregón. También se recoge la gesta de montañeros de la Sociedad Deportiva al conquistar en 1982 el Pico Lenin, el primer siete mil del montañismo cántabro. Un tomo en el que aparecen en las fotografías cientos de personas identificadas, un trabajo en el que destaca la colaboración con el autor de Justo Echevarría Laguillo.

 

Semblanzas Torrelaveguenses, tomo I

I.S.B.N: 978-84-96920-85-9.

Año: 2011. Pág.: 144. Precio: 8 €. Ediciones Tantín.

Semblanzas Torrelaveguenses, tomo IPrimero de los tomos sobre los ciudadanos más ilustres de la Villa de los Garcilasos hasta el momento presente, nuevo reto editorial del autor de El Ducado de Cantabria, origen de un Reino (Ediciones Tantín, 2000), obra que ha conocido tres ediciones con más de ocho mil ejemplares vendidos. En este primer volumen, son 22 las biografías que aparecen a lo largo de ciento cincuenta páginas, perfiles algunos desconocidos para los ciudadanos de Torrelavega. Desde tenientes generales, Ramón de Castañeda y Francisco de Ceballos (primer Marqués de Torrelavega que fue Ministro de la Guerra de Alfonso XII), pasando por el naviero Antinógenes Menéndez Pintado, el capitán de barco y héroe, Baldomero Iglesias Herrera, al legendario director de El Impulsor, Juan Francisco López Sánchez y Hilarión Ruiz Amado, autor del primer plano de la Villa, forman parte de este trabajo de investigación que nos permitirá conocer un poco más la historia de Torrelavega en los años ochocientos. Otras biografías importantes corresponden a Julián Ceballos Campuzano, José Argumosa y Bezanilla, José Felipe de Quijano y Moncaleán, José María Sánchez de Riancho, Joaquín Hoyos Fernández, Manuel Carrera y Puente, José Escudero Espronceda, Gregorio Martín Blanco, Adolfo Ruiz de Rebolledo, Guillelmo Gómez Ceballos, Serafín Escalante y González-Quindós y Aquiles Campuzano Castanedo. Con esta obra, un buen número de torrelaveguenses tributaron un homenaje al autor después de haber sido elegido Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia el 12 de diciembre de 2008, honor que compartía –en cuanto a torrelaveguenses se refiere- con Gregorio Lasaga Larreta (1898-1902) y Hermilio Alcalde del Río (1915-1947). La presentación ante ochocientas personas contó con la intervención del historiador Felipe Abad León, académico de la Historia y de la Lengua.

 

Torre La Vega (1976-1980). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo V

I.S.B.N: 978-84-614-5286-6.

Año: 2010. Pág.: 284. Precio: 30 €. Ediciones Los Cántabros.

Torre La Vega (1976-1980). Crónica ilustrada de una Ciudad. Tomo VEn este nuevo tomo se aborda –en palabras del autor- cómo Torrelavega y sus ciudadanos participaron activamente en la lucha por las libertades, ganando por derecho propio estar en la vanguardia de la defensa de los cambios políticos y sociales desarrollados en esta etapa decisiva de nuestra historia común como españoles. De esta manera, la obra en su tomo VI recuerda muchos de los hechos sucedidos en los años setenta y, en especial, tras la muerte de Franco, destacando entre otros la petición de amnistía al Gobierno de la nación por un Ayuntamiento que venía del franquismo dirigido por Carlos Monje o, el tristísimo hecho del 26 de mayo de 1976 cuando la ciudad se estremeció al desalojarse a la fuerza la Iglesia de la Asunción donde estaban encerrados quinientos obreros de la construcción. En aquellas semanas de cambio de sistema político se produjo, además, el duro encierro de ocho días de los mineros de Reocín que no sólo reclamaban medidas sociales sino también libertades políticas y sindicales, relatando al tiempo la pérdida de 700 empleos de golpe por la absorción de General por Firestone. Se recoge, igualmente, el papel y protagonismo de Joven Cámara como escuela de ciudadanía antes de la llegada de las libertades, así como la aparición de la publicación Cántabro bajo la dirección de Carmen Sollet Sañudo, primera mujer en dirigir una publicación de ámbito local. La portada presenta una imagen de una de las primeras manifestaciones obreras autorizada con motivo del Primero de Mayo.

 

Así comenzó la Autonomía. Memorias del Primer Gobierno de Cantabria (1980-82)

I.S.B.N: 978-84-96920-01-9.

Año: 2007. Pág.: 553Ediciones Tantín.

Así comenzó la Autonomía. Memorias del Primer Gobierno de Cantabria (1980-82)El estreno del autogobierno el 31 de enero de 1982 con la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía, coincidió con una situación de grandes problemas e incógnitas a todos los niveles. En los cuatro años que discurren entre 1978, cuando se aprobó la Constitución, y 1982, año en el que el Estatuto entró en vigor, nuestro país vivió el azote del terrorismo con un balance terrible de cuatrocientas muertes violentas y un alto número de heridos. En el contexto económico el desempleo alcanzaba un 17%, la tasa de paro mayor de Europa. Por otra parte, los problemas domésticos de Cantabria eran realmente angustiosos ya que no se había avanzado nada en comunicaciones e infraestructuras. En este marco se inició la autonomía de Cantabria con la constitución de las instituciones –Asamblea Regional y Consejo de Gobierno- a partir del 20 de febrero de 1982. Al primer Gobierno le correspondió construir el edificio de la autonomía al tiempo que se procedió a firmar el primer paquete de transferencias. Con un presupuesto regional que apenas superó los siete mil millones de pesetas, el Gobierno abordó el Plan de Electrificación –gratuito para los que carecían de este servicio-, además de importantes acciones que aportaron fortaleza al proceso autonómico, destacando la creación de la Facultad de Derecho como una de las más significativas reivindicaciones de este periodo.  En este contexto tan complicado, el primer Gobierno de Cantabria ejerció sus responsabilidades durante catorce meses para poner en marcha y afianzar los primeros cimientos de la autonomía, periodo constituyente que culminó con las primeras elecciones autonómicas de 1983. El libro responde a su visión personal de lo acontecido en esta etapa en la que el autor ejerció la responsabilidad de Consejero Adjunto al Presidente y de Relaciones Institucionales.