La Virgen de Valmayor

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Bien me hubiera gustado que este artículo sobre la fiesta de la Vírgen de Valmayor fuera escrito por Eduardo García Llorente, promotor del recuerdo de tantas tradiciones lebaniegas, lebaniego de pro, identidad que llevaba en lo más profundo del alma. Pero Eduardo García Llorente ya no está entre nosotros y hay que continuar su labor, su tenacidad, incluso su sacrificio, para dejar siempre presente el amor y el sentimiento de patria chica que significa Liébana en el conjunto de Cantabria.

La religiosidad es una constante entre los habitantes de Liébana; desde los tiempos de la repoblación de Alfonso I (el hijo de Pedro el Duque de Cantabria), culminando con la llegada a Santo Toribio de Liébana del Lignum Crucis, los lebaniegos se han sentido muy identificados con la fe religiosa y son múltiples las fiestas que se celebran en todos los rincones de los municipios de la comarca lebaniega. La Virgen de la Luz, las novenas que todavía se celebran y que cada cual ofrece a la Santuca por un motivo diferente; San Pedro de Tresviso, la Virgen de la Salud en Áliva, la Exaltación de la Cruz o la celebración , hoy, de la Virgen de Valmayor, Patrona de Potes, representan, desde una perspectiva parcial, los sentimientos religioso de Liébana y todos los lebaniegos.

Hoy se conmemora la fiesta de la Virgen de Valmayor en la ermita del mismo nombre, de la que se desconoce su fecha de construcción pero que en documentos del cartulario del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, aparece su nombre en el año 990,. Y que como tradición antiquísima la imagen es llevada en andas desde la Iglesia Parroquial de Potes hasta la ermita que culmina con un acto de afirmación cántabro como es la romería, dejándose oir, una vez más, lesa tonada que la recogido Pedro Álvarez para que se trasmita de generación en generación y que dice:

    “¿Quién es aquella Señora/ que baja por la Tejera?
    / La Virgen de Valmayor/ y los hermanos de ella".

Son estas fiestas tradicionales el ser mismo de la identidad cántabra,. Y como cada año, desde tiempos inmemoriales, lugareños y foráneos acuden a la llamada del patrón o patrona del pueblo que los convoca para que, y como dice el poeta Sanz Saiz:

    “El pueblo borden en el suelo/
    su devoción con la danza”.

En esta fecha del 15 de agosto, fiesta de Nuestra Señora, entre los numerosos pueblos de Cantabria que le rinden su homenaje está Valmayor, que desde que en el año 990 Vermudo y su madre Froila donaran la iglesia de Santa María de Valmayor a San Vicente de Potes, esta villa, Potes, no ha dejado de festejar ningún año a su Virgen.

Es cierto que atrás han quedado aquellas romerías de “alborozado zafarrancho de perolas y sartenes, de torrijas y arroz con leche”, de peregrinaciones de romeros con carros “entoldados con colchas y frondas, festones de tosas en las ruedas, y los bueyes, con los madroños, colleras y mantas de las grandes solemnidades”. Peor aun, y gracias al tesón de la gente del pueblo, perviven fiestas tradicionales en las que se mantienen juegos y costumbres que nos revelan el carácter lúdico de nuestras aldeas. Valmayor repetirá este año el secular reparto de vino blanco y galletas de la Virgen, para que romeros de dentro y de fuera compartan un sentimiento de culto religioso y hermanamiento con el pueblo.

Un marco en el que evocando de nuevo a nuestro poeta San Saiz:

    “Los montes se hacen altares
    …el ciprés se hace una lanza
    con ambición de más cielo
    ---(y) el melancólico rabel
    gime y llora, canta y reza
    la emoción y la grandeza
    de Valmayor y su gloria…”

Será este año testigo de la alegría y devoción de los lebaniegos.

Hoy, los pueblos de Cantabria están de fiesta, y en cada uno de ellos sus gentes pondrán una vez más de manifiesto lo mejor de nuestras tradiciones.


ALERTA - 15 de agosto de 1993