Cántabros en la diáspora
“…Han trabajado, cada uno desde su perspectiva, en el prestigio de su tierra natal desde una vinculación que mantienen sin rupturas”. ¿De donde procede la identidad de Cantabria?. Nada se entiende sin unos mínimos conocimientos de historia, algunos tan lejanos que nos llegan hasta hoy. Identidad, montañesismo, sacrificio, familia, indianos, foramontanos, individualismo cántabro, capacidad creadora, aventura…son algunos de los conceptos que fueron analizados en la presentación de la gran obra “Perfiles de Cantabria” que editada por la Fundación Marcelino Botín y dirigida por Pedro Crespo de Lara representa un trabajo en equipo que echa pro los suelos, al menos en esta oportunidad, el fantasma del individualismo que persigue con frecuencia a nuestro pueblo. Alfonso Osorio, José Hierro, Alfonso de la Serna y el propio Crespo de Lara forman parte significativa de esos cántabros en la diáspora que han trabajado, cada uno desde su perspectiva, en el prestigio de su tierra natal, favoreciendo el progreso de la región cántabra cuya estrecha vinculación han mantenido sin rupturas. La presentación de una obra tan importante como “Perfiles de Cantabria” bien merece no ser noticia de un solo día ya que su significación para la región da pie a varias reflexiones y que su director reflejó acertadamente en su intervención; no es cierto que los cántabros no seamos capaces de trabajar en equipo, superando individualidades y cuando así lo hacemos, unidos, somos los mejores. Y así, probablemente, ninguna Comunidad Autónoma tienen en estos momentos una obra de presentación tan ambiciosa, que representa el sentir cántabro y montañés y la visión de nuestra tierra desde ópticas plurales. Esta es la grandeza de “Perfiles de Cantabria” y la perspectiva que permite la afirmación de que el pasado 5 de septiembre en la Fundación Marcelino Botín nuestra región cántabra ha dado una prueba real de cómo pueden alcanzarse objetivos impensables aunando esfuerzos, uniendo pensamientos y alejándonos de ese individualismo que aunque necesario para alcanzar determinados hitos –y en nuestra historia brillan con luz propia- en la sociedad actual prima más el trabajo en común o en equipo. Los cuatro representantes de los cien autores que glosaron la transcendencia de la obra de la Fundación Marcelino Botín representan el éxito de cántabros en diferentes actividades de la vida pública: Alfonso Osorio, en la política; José Hierro, en las letras; Pedro Crespo de Lara en la empresa periodística y Alfonso de la Serna en la acción diplomática; todos ellos presentados por el presidente de la Fundación y del Banco de Santander, Emilio Botín, que como mecenas resumió en pocas líneas la dimensión de “Perfiles de Cantabria” y que tras reconocer que este “empeño literario constituye un ejemplo a seguir en otros campos”, describió un deseo personal: “Ojalá que a esta iniciativa sigan otras análogas que aguijoneen las capacidades y la voluntad de las gentes valiosas de Cantabria, las que viven dentro y las que añoran fueran, a favor del desarrollo de sus espléndidas posibilidades y la las exigencias del alto precio que sus hijos profesamos”. Se trata de una declaración de fe cántabra de quien es heredero de una familia montañesa que ha cosechado un reconocimiento nacional e internacional en el campo de las finanzas y que igualmente representa para la región y su capital, Santander una proyección universal que pocas regiones poseen y que es un activo de gran significado para cuantos aspiramos a la grandeza de nuestra tierra. Conozco con más o menos proximidad a los cuatro presentadores de la obra y que resumen una parte de los éxitos de “los nuestros” fuera de su tierra natal. De Alfonso Osorio es suficiente centrar su protagonismo en la transición como vicepresidente del Gobierno de Suárez. Su intervención en momentos decisivos de la reciente historia de España impiden todavía valorar el nivel positivo de su participación en la gran obra política de la reforma. En cualquier caso, Osorio a través de su amigo Jacobo Cano, muy próximo a La Zarzuela, supo interpretar los deseos del Monarca y para Suárez fue decisiva su incorporación a su primer gobierno de los democristianos moderados Eduardo Carriles –otro cántabro- De la Mata, Reguera, Oreja y Lavilla, todos ellos ganados por Alfonso Osorio para la causa reformista en momentos en los que nadie apostada por el gobierno que sucedió al de Fraga y Areilza. Aquel Gobierno de “excelentes subsecretarios fue capaz de llevar a España a la modernidad que se identificaba con la democracia, haciendo suyo un deseo expresado en aquellas inquietantes jornadas por el propio Osorio: “Este Gobierno ha decidido firmemente hablar mucho con hechos y poco con palabras”. De Alfonso de la Serna y Gutiérrez Répide podemos afirmar que presenta una biografía de cuanto ha representado su familia cuyas cartas credenciales se remontan al siglo XV. Diplomático en un ambiente de escritores y periodistas, Alfonso de la Serna heredó de su padre, Víctor de la Serna – que desde la dirección de Informaciones popularizó el título de “foramontanos”- su pasión por describir a esos montañeses universales que en su pregón del Día de Cantabria de 1992 los definió como “hijos atados visceralmente a esta tierra; pero, como los árboles, sí tenían las raíces bien hundidas en el mantillo rico de su origen-, tenían las ramas altas al viento de su tiempo y de la historia”. El apellido De la Serna significa historia nuestra y prudente discreción a pesar del reconocimiento y relevancia pública de quienes lo ostentan. Y lo mismo se puede afirmar de quien es hijo adoptivo de esta región, el poeta Pepe Hierro, a quien los cántabros nunca le pagaremos lo suficiente, por citar una de sus fidelidades, su presencia año tras año, y van tres décadas, en la jornada cántabra de Cabezón de la Sal con su poesía que le ha encumbrado en las letras españolas. Y cito, por último, a Pedro Crespo de Lara, de quien es suficiente afirmar que ha sido capaz de culminar una obra casi imposible. Termino como inicié este artículo. ¿De donde procede nuestra identidad?. En “Perfiles de Cantabria” están las razones de nuestra existencia como pueblo a lo largo de los siglos. ALERTA - 10 de septiembre de 1995 |