DE ALTAMIRA A NUESTROS DÍAS: UNA IDENTIDAD COMÚN
La reedición de la obra "Cantabria, Raíz de España" representa un homenaje a nuestra gran historia y a su autor, don Manuel Pereda de la Reguera.
No es la primera vez que escribo sobre la importancia de esta obra, escrita en 1979 por el historiador don Manuel Pereda de la Reguera. Desde una visión positiva sobre sus contenidos, hace algún tiempo que un grupo de amigos con inquietudes comunes en la promoción y defensa de la historia de Cantabria - los cito: Luis Carlos López Portilla, Roberto Lavín Bedia, Diego Alonso y José Luis Fernández Gándara - nos pusimos a trabajar en su reedición, al ser conscientes que, en su momento, se agotó la edición a los pocos meses de ponerse a la venta. Se trata de un libro que merece la pena que se encuentre en las bibliotecas de todos los amantes de la historia de Cantabria, al tiempo que su reedición haya servido para impulsar un merecido reconocimiento a la memoria de su autor, que ya tuvimos oportunidad de expresar, con asistencia de su familia, en la exposición "El Siglo de los Cambios" desarrollada en Torrelavega con motivo del Centenario de Caja Cantabria.
Para hacer realidad la inmediata presencia de "Cantabria, raíz de España" en las librerías, hace dos años comenzamos los contactos con su viuda, doña María Jesús Castro, y su hija, la escritora y periodista Rosa María Pereda. Ganada la confianza y demostrados los buenos propósitos que nos animaron para concretar e impulsar esta reedición, logramos finalmente la autorización para que esta obra, de contenidos claros sobre nuestra historia, esté hoy, de nuevo, a disposición de los cántabros en el contexto de un autogobierno que era poco más que un sueño e ideal de una minoría cuando apareció el trabajo documentado de Pereda de la Reguera.
No se si Pereda de la Reguera sintonizaba con las inquietudes de alcanzar un Estatuto de Autonomía al amparo de la Constitución de 1978. Tampoco es un dato relevante. Lo importante, desde mi punto de vista, fue su pasión por la historia de Cantabria, sus trabajos para proyectarla a la sociedad, su capacidad investigadora y su amor a nuestra tierra y a la patria grande, España. Ese pulso y esa voluntad creadora que en distintas etapas históricas demostró el pueblo cántabro en favor de un proyecto de Nación Española, es recogido con rigor y brillantez por Pereda de la Reguera en sus obras, de las que sobresale con luz propia el título que ha aparecido con la marca de Ediciones Tantín y la colaboración de Caja Cantabria, así como en otros trabajos de gran significación histórica, ya que este hombre fecundo y activo fue un historiador generoso, tenaz y desprendido.
Rosa Pereda en la introducción de la reedición de "Cantabria, raíz de España" descubre algunas de las claves del libro de su padre; así, fue redactado en su mayor parte diez años antes de su edición (1979), cuando el nombre de Cantabria era, todavía, un nombre tradicional, cargado de sentimiento, pero sin función digamos política, "salvo la de ser el banderín de enganche de la autonomía uniprovincial", afirma la hija del historiador. La clave del sentimiento de Pereda de la Reguera a la hora de trabajar en esta obra, firme en su convencimiento por la grandeza histórica de nuestra tierra, la resume su hija con esta reflexión que parte del reconocimiento de un contenido diferenciado, histórico y cultural de Cantabria:
"La diferencia territorial, el peso de la historia, las gestas del viejo pueblo del que venimos, la personalidad de los hombres cuyos abuelos dieron nombre a los montes y al mar, es el objeto de este libro. Probar que algo de continuo, un lazo invisible y altamente diferenciado, une a los pintores de Altamira con las gentes de hoy: es decir, una identidad común".
Desde la delimitación del antiguo territorio de los cántabros - del río Sella a Castro-Urdiales, por la costa, adentrándose en tierras actualmente de Palencia y Burgos, "terreno donde se dará la conducta diferente del pueblo cántabro"; pasando por el Ducado de Cantabria, segundo punto vital de su idea al entender que de esa forma los cántabros se han dotado de una organización propia, original y continúa, además de origen de la Monarquía Española a través del tronco de Pedro, Duque de Cantabria, padre de Alfonso I el Católico; la Reconquista como iniciativa de valor y espíritu de independencia que surge de las montañas de Liébana y la vecina Asturias; además de la participación cántabra en otros hitos de la historia común de España, son parte de los contenidos de una obra que es homenajeada con su reedición veinte años después de su aparición.
Manuel Pereda de la Reguera no fue un nacionalista. Así lo afirma su hija, conocedora como nadie de su espíritu e ideas, cuando afirma que "de haber elegido otro camino que no fuera la investigación histórica, hubiera seguido por la línea foralista y regionalista de su pensamiento juvenil". Insisto que esto no es importante. Lo grande se encuentra en las páginas del libro, una forma de testamento de Pereda de la Reguera, que falleció pocos años más tarde, que demuestra un sentido y profundo amor a la tierra natal, además de una mirada intensa que rebuscó en los datos, la bibliografía y en los archivos, la confirmación de sus hipótesis, de sus intuiciones y sus conclusiones, muchas veces geniales.
Pereda de la Reguera no era partidario del término nacionalidad para Cantabria. Puede ser lógico desde sus ideas políticas y, especialmente, porque tenemos que situarnos en un tiempo en el que España aún no tenía una Constitución democrática y el debate sobre una Cantabria con Estatuto y, por tanto, autónoma, tenía poderosos detractores. Después de definir en el reforma del Estatuto que Cantabria es una Comunidad Histórica, desde una visión estrictamente política y constitucional, la posibilidad real de que Cantabria algún día adquiera el rango de nacionalidad es remota, aunque como bien afirmó Pereda de la Reguera -lo que ratificamos- tiene ganado y merecido ese rango en lo cultural e histórico, desde un sentido positivo y constructivo en favor de la idea de España como nación.
Coincido con Rosa Pereda cuando afirma, agotando las líneas de su introducción, que "con su desaparición hemos perdido todos". Ahora, sin embargo, ganamos los cántabros gracias a su dilatada y generosa herencia de historiador con la reedición de esta gran obra "Cántabria, raíz de España". El acto del martes, en Tantín, ha hecho justicia a un historiador que merece un reconocimiento general por su obra y la calidad de sus contenidos que engrandecen el valor histórico de Cantabria y España.
(ALERTA 23.3.2000)