Las aspiraciones del País Campurriano 2/
Con este título, el reinosano Santiago Arenal, publicó una serie de artículos en la primera página de "El Cantábrico" de marzo/abril de 1930, recogiendo las inquietudes de las poblaciones afectadas por el Pantano del Ebro.
Transcurría marzo de 1930, a un año de las elecciones municipales que celebradas en toda España desalojaron a Alfonso XIII del trono, cuando El Cantábrico, el periódico liberal fundado en 1895 por los hermanos Rodriguez-Parets y el periodista José Estrañi, que lo dirigió hasta su fallecimiento en 1919, publica varios artículos con el título "Las aspiraciones del País Campurriano" que se refieren, desde una visión claramente reivindicativa, a las iniciativas para construir el pantano de el Ebro y el mal trato que recibieron las poblaciones afectadas. Su autor - un destacado liberal que pasó por el exilio y falleció en 1962 - fue el destacado abogado y periodista reinosano don Santiago Arenal Martinez, que además de colaborar en El Cantábrico dejó sus inquietudes de escritor en periódicos nacionales como El Sol y El Mundo. Estos artículos fueron publicados en la primera página del rotativo cántabro y fueron muy seguidos no solo en Campóo sino en toda la comunidad cántabra, lo mismo que había sucedido en 1913 cuando Estrañi mandó a la zona a su mejor periodista, don José Montero, quién informó exhaustivamente sobre los planes del Gobierno y las reacciones suscitadas en la comarca campurriana.
En su primer artículo, Santiago Arenal recordaba que por el año 1913 comenzó a apasionar en Reinosa y su comarca el proyecto de realizar un embalse gigantesco, ofreciendo dos datos contrapuestos: por un lado, que se construiría un gran lago para un contenido de más de quinientos millones de metros cúbicos y, por otro, que desaparecerían bajo las aguas doscientas setenta viviendas y sufrirían daños en sus propiedades mil trescientos habitantes; en resumen, quedarían inundadas más de seis mil hectáreas de tierra, de las que casi dos mil serían de prados y cultivo. En este primer artículo, se informaba, además, que la opinión pública campurriana se dividió en dos bandos, titulados pantanistas y antipantanistas; los primeros, reivindicaban fuertes indemnizaciones para dar su opinión favorable; los segundos, defendían que el pantano constituiría la ruina ganadera de la comarca y, además, desarrollaría la enfermedad del paludismo en los alrededores.
El debate, sin embargo, fue perdiendo fuerza porque los primeros afanes de construir el pantano quedaron frenados y cuando todo parecía indicar que se había abandonado el proyecto, la dictadura de Primo de Rivera, en marzo de 1926, procedió a crear las Confederaciones Hidrográficas, comenzando por la del Ebro. De nuevo, en la comarca campurriana se abrió el debate con las posturas encontradas en su opinión pública, ganando terreno la que defendía exigir indemnizaciones extraordinarias "a que tenían derecho por su sacrificio de abandonar la tierra en que vivieron siempre", se leía en el artículo del abogado y periodista Santiago Arenal. Al mismo tiempo, el artículo reflejaba que "del lado de allá, de Aragón, venían siempre ofrecimientos generosos, promesas amplias y un sentido de suave cordialidad, que llegó en un momento a tranquilizar un poco los ánimos de Campóo".
En este primer artículo se destacan, por tanto, los antecedentes del problema, indicando Santiago Arenal que "el problema del pantano del Ebro constituye la preocupación de la región campurriana", ofreciendo información sobre "la verdadera situación de lucha entre la Confederación Hidrográfica del Ebro y la Unión Campurriana", reflejando entre sus contenidos el estado de ánimo de los campurrianos en aquellas primeras semanas de 1930. Transcribo el siguiente párrafo:
"Vuelve a producirse inquietud en Campóo; pero ya las gentes ya no están divididas en pantanistas y antipantanistas en el sentido de una oposición sistemática absoluta. Todos los campurrianos aspiran, ya ante el mal inevitable, a que la Confederación cumpla sus promesas, esparcidas por todo el país campurriano.."
Ha aparecido el nombre de la Unión Campurriana, organización que aglutinando a representantes de todos los pueblos afectados por las expropiaciones del pantano, fue la encauzadora de las inquietudes de los campurrianos sobre la amenaza del embalse, jugando un papel importante en esa lucha, aún cuando el contexto político-social no era fácil ya que la Dictadura, tal y como denunciaba El Cantábrico, aplicaba la ley desde la fuerza y la coacción.
Una serie de ocho artículos con el título "las aspiraciones del País Campurriano" en los que su autor, el reinosano Santiago Arenal, defendía la extensa región ganadera de Campóo - "en la cual se crían las mulas más fuertes de España" - y en los que también evocaba la figura del ingeniero-poeta don Lorenzo Pardo, que en 1913 trazó las líneas generales del primer proyecto para el embalse y cuyo conocimiento de la zona, permitió a Arenal destacar su "condición humana y su sentido de generosidad" en relación con otros colegas que llegados en los finales de la década de los veinte a Campóo "no conocen como él ni al país ni a sus gentes, porque no han tenido un contacto directo con la manera de vivir de Campóo". La crítica estaba fundamentada en que la comisión de valoraciones del pantano había puesto sobre la mesa unas indemnizaciones claramente insuficientes.
(ALERTA 29.11.2000)