El Ebro es catalán y nace en Tortosa.

"Hemos incrementado las inversiones para Cataluña en cuatrocientos mil millones de pesetas más, de los que doscientos treinta mil revertirán en las comarcas del Ebro y setenta y cinco mil se destinarán exclusivamente a luchar contra la regresión del delta y a garantizar su futuro". Estas afirmaciones tan contundentes las he recogido del artículo de Xavier Trías, portavoz del Grupo Parlamentario Catalán en el Congreso de los Diputados, publicado en la página seis de El Periódico de Catalunya del jueves, 5 de abril. El Gobierno de la nación reduce el regalo -para evitar las presiones de otras comunidades autónomas e intentar estrangular las tensiones que esta decisión pudiera generar- a algo más de doscientos mil millones. En todo caso, una u otra cifra -dejémoslo en un punto intermedio, es decir, los trescientos mil millones más - significa un gran pelotazo para las arcas catalanas que si inicialmente nos produce envidia, a los cántabros se nos queda una cara inconfundible de bobos, sobre lo que no hace mucho parodiaba un tertuliano destacado en una televisión nacional.

Todo este tejemaneje entre el ministro de Medio Ambiente y la representación parlamentaria del partido de Puyol, coincidía con la presencia del presidente del Gobierno de Cantabria en Madrid para anunciar más o menos que ésto es una Arcadia feliz, que crecemos más que los demás, que tenemos un gran futuro, que, bueno, casi todo el mundo tendría que envidiarnos. Un discurso ciertamente excitante en pleno ninguneo hacia Cantabria a través del Plan Hidrológico e inmersos en la crisis ganadera más brutal para cuatro mil familias de Cantabria y en cuyo contexto el consejero de las Aguas ha conseguido unas migajas que no superan los cincuenta mil millones de pesetas para ocho o diez años -algunas inversiones ya estaban previstas pero se han acumulado en el PHN para Cantabria con el fin de inflar las cifras - y el de Ganadería no ha logrado que el Ministerio de Agricultura autorice una feria para dar salida a los miles de terneros que se acumulan en los establos impidiendo ingresos vitales para las economías familiares del sector primario. Es una pena que el Sr. Presidente - que estaba acompañado en su viaje a Madrid del vicepresidente y otros consejeros - no hayan encontrado media hora en su agenda de la capital de España para acercarse al ministerio competente y plantear con exigencia y firmeza que nuestro sector ganadero no aguanta más...camino de su ruina total. ¿O es que una feria y los cientos de millones que podría representar no merece un mínimo esfuerzo político e institucional y que un presidente y su vicepresidente se mojen bajando de su nube feliz?. Así nos va.

Pero no nos desviemos de la cuestión a tratar en este artículo sobre ese gran expolio que están sufriendo los intereses de Cantabria en un panorama de negociación en torno al PHN en la que Extremadura y Castilla La Mancha han obtenido casi ciento cincuenta mil millones de pesetas más por decir sí al proyecto y marcar diferencias con el no de su partido; Cataluña añade a su ya importante recolección de inversiones otros cuatrocientos mil milllones más según la Generalitat, por citar dos hechos relevantes sin entrar en otras inversiones altísimas que se están generando hacia comunidades que con grandes recursos contarán, además, con infraestructuras ferroviarias modernas bastantes años antes de que lleguen a Cantabria. O cuestiones no monetarias pero si profundamente asentadas en el sentimiento y la dignidad como, por ejemplo, cuando percibimos como Aragón y Cataluña están patrimonializando las aguas del Ebro o la Confederación Hidrográfica del Ebro, con sede en Zaragoza, tiene una página web que es accesible a todos los que posean las nuevas tecnologías en la que no figura que Fontibre es el lugar cántabro/campurriano donde nace el Ebro. ¡Y ésta marranada - es la definición que surge de cualquier espíritu que se precie de amor a la tierra en la que se nace - la hace un organismo de la Administración central española, ante la apatía de nuestras autoridades!. Ver para creer.

Esta situación tan lacerante para los intereses de Cantabria motiva otras reflexiones; así, que un partido centralista que gobierne en una comunidad y en el conjunto del Estado desarrolle un control donde pueda hacerlo para que no se mueva mucho la conciencia de un pueblo, se puede entender aunque se rechace abiertamente; ahora bien, que un partido territorial cántabro, que lleva en sus siglas el nombre de nuestra comunidad y que, aparentemente, no tiene señores o amos fuera de nuestras fronteras a los que obedecer, se sume a este silencio de los corderos al que asistimos, a excepción de algunas -muy pocas - voces críticas, representa una desilusión para no levantar cabeza durante años. La complicidad existente, dejando a Cantabria absolutamente indefensa, echa por tierra todas aquellas movilizaciones del regionalismo, cuando defendían la ganadería e inundaban Santander de campanos, se concentraban ante el túnel de La Engaña para exigir su apertura, el Santander-Mediterráneo..etcétera, etcétera, desautorizando su historia pasada.

Pero lo más deprimente es que este atraco a Cantabria se consume sobre el recuerdo de tantas familias campurrianas que fueron desalojadas a la fuerza de sus tierras, de su hábitat, de sus pueblos, para construir un pantano que en el último medio siglo viene dando una gran riqueza a todo el valle del Ebro. Fueron pagados con cuatro perras, se les negó sacar los restos de sus antepasados que yacen bajo las aguas y perdieron, en suma, la identidad del terruño natal. No han recibido ni las gracias. Ni una compensación. Ni el cumplimiento de algunas de las muchas promesas para Campóo incumplidas en los últimos cincuenta años, una comarca que en el siglo XXI todavía tiene que luchar en las instituciones y en la calle para tener una cobertura sanitaria y hospitalaria más o menos digna. Si así son las cosas - e invito a los responsables a que lo desmientan - permítanme que, por una vez, emplee una expresión que siendo justa en relación a lo aquí tratado y expuesto, suena un poco fuerte. Pero así es. La pura verdad. ¡Esto es un atraco!, aunque en Madrid nos dibujen una Cantabria feliz unos responsables políticos que por carecer de sensibilidad no toman la iniciativa de llamar a la puerta del Ministerio de Agricultura para exigir medidas que rebajen urgentemente la brutalidad de la crisis ganadera y el triste récord hacia el que camina el Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega en sus casi treinta años de historia.

(ALERTA 07.04.2001)