No se defiende a Cantabria
A la par que se anuncia una inversión de 1,3 billones para un AVE a Valencia, se nos impone un tramo de autovía ¡de peaje! cuando nuestra Comunidad soporta treinta años de retraso en infraestructuras. Por dignidad, ¡que pague el Estado de nuestros impuestos!.
En mi página web un ciudadano cántabro me ha dejado la siguiente reflexión: "..después de haber escuchado en la radio una entrevista con Zaplana (presidente de la Comunidad Valenciana) me siento humillado como cántabro por lo siguiente: Valencia ha conseguido junto con Castilla La Mancha y Murcia un compromiso del Gobierno central (un billón trescientos mil millones de pesetas) para extender el AVE al corredor mediterráneo, con escalas en varias ciudades, así como mejorar notablemente la red convencional para el transporte de mercancías para lo cual la comunidad de Madrid también ha firmado un acuerdo de reforzamiento del tráfico con Levante. Se ha hablado triunfal y extensamente de la extraordinaria pujanza y vitalidad económica de Valencia (¿cómo hacen para estar en el Objetivo 1 de la UE?)". Añade el comunicante: "..así, pues, reconozco que llevo encima un cúmulo de resentimientos por la pérdida de terreno que sufrimos en buena lid (Cataluña, País Vasco, etc) y mala lid (Valencia, Murcia, por los motivos expuestos y Andalucía y Extremadura por su parasitismo del PER, etc.). Lamento la debilidad, la falta de vitalidad de esta tierra, que por no tener, no tiene el vigor necesario para protestar". Hasta aquí esta reflexión de un ciudadano que como el Consejo Económico y Social de Cantabria observa, con ideas claras y concluyentes, que las cosas no van bien, que hay que corregir y trabajar más y con imaginación por las posibilidades de Cantabria.
Esta reflexión, avalada con datos y situaciones que se están concretando actualmente, es merecedora de un análisis más profundo sobre la coyuntura a la que estamos asistiendo en esta Comunidad, que nos ofrece la sensación de que hay un Gobierno sometido y que un Ejecutivo que en sus líneas más fundamentales es el mismo que el formado hace casi siete años, no tiene, sin embargo, un modelo claro y definido sobre el futuro de Cantabria. Cierto es que tampoco hay un debate abierto sobre estas deficiencias, algunas de las cuales ha recogido con precisión el informe del CES, pero los debates se deben provocar desde la sociedad civil cuando la política oficial lleva un tiempo ajeno a las inquietudes de la sociedad. Ya sabemos que no se pueden pedir peras al olmo y que los miembros del Gobierno PP-PRC están enrocados en un éxtasis de éxito que les impide aceptar la mínima sugerencia que venga, incluso, de organismos que surgen del Parlamento cántabro; por tanto, tengo la seguridad de que el consejero Santamaría no aprovechará esta tribuna para explicar a los cántabros el destino de los seis mil millones de pesetas en que se ha incrementado la deuda en tan sólo un año sin saber que se ha hecho con tan importante partida, que serviría, por ejemplo, para construir un magnífico teatro en Torrelavega, conceder a fondo perdido un cheque de medio millón de pesetas a cada una de las familias ganaderas cántabras por la ruina que están sufriendo, abrir un pequeño hospital comarcal en Liébana y dotar de dignidad la hemeroteca de Santander que la consejería de Cultura tiene abandonada hasta límites intolerables. Señor Santamaría, una vez más, le preguntamos: ¿en que se han gastado/invertido los seis mil millones de pesetas de incremento en el año 2000 de la deuda de Cantabria, según ha informado el Banco de España?.
En este debate que ha abierto el CES - cuya vitalidad y respeto dependerá de su futura independencia -creo que se dibujan algunos de los problemas que estamos soportando y otros que no salen a la luz pública. Por ejemplo, me ha llamado la atención que el consejero de Industria y Turismo haya descalificado de forma absurda el estudio del CES, indicando que se han tirado a la basura unos cuantos millones de pesetas. Habría que pedirle, primero, un poco más de respeto institucional para un organismo creado por Ley del Parlamento de Cantabria y que tiene la obligación, por aquello de representar a los agentes sociales y económicos, de proyectar cierta capacidad crítica y, si además hay razones, no puede escapar de formularlas salvo correr el riesgo de que los ciudadanos tengan finalmente la sensación de que no sirve para nada. En una sociedad como la cántabra que demuestra quietismo y conformismo más del debido, la más mínima crítica constructiva es saludable y refresca el ambiente. Por cierto, no debe hablar el señor consejero de tirar el dinero cuando su departamento en estos años ha adjudicado varios cientos de millones a empresas de artes gráficas de otras comunidades, castigando a los empresarios cántabros que cotizan aquí, que crean empleo aquí y que, además, no se las permite competir en igualdad de condiciones en esas comunidades vecinas. Claro que lo de Turismo es el chocolate del loro en relación a las millonarias adjudicaciones a empresas foráneas de otros departamentos. Haremos próximamente las cuentas y obtendremos la conclusión que más de quince mil millones de pesetas en adjudicaciones están controlados por empresas que tienen domicilio fiscal fuera de Cantabria.También es tirar dinero cuando no se ingresa por falta de gestión; así, es una lástima que en estos últimos años a Cabárceno no se le haya sacado mayores rendimientos, cuando sus posibilidades son fabulosas y proyectos privados con imaginación y riesgo han existido sobre la mesa.
Mi comunicante tiene mucha razón en lo que me ha dejado escrito. Felicitamos a valencianos, murcianos y castellano-manchegos por el billón trescientos mil millones de pesetas que han conseguido del Gobierno central para su tren de alta velocidad; aquí, mientras tanto, habrá que esperar años para que se nos modernice un poco el ferrocarril y es posible que nunca veamos una nueva línea férrea entre Santander-Bilbao, trayecto que hace más rápido en bicicleta un pundonoroso Martín Piñera con sus casi sesenta y cinco años, que los trenes de FEVE. Por cierto, ¿el consejero de Industria y Transportes es consciente de que una buena parte de las inversiones previstas por FEVE para el periodo 1997-2001 siguen sin ejecutarse?. Resumiendo, que el billón y trescientos mil millones de pesetas para el tren moderno que llegará a Valencia coincidió con el anuncio de un tramo de autovía Zurita-Parabayón ¡de peaje!. Y aquí todos callados, incluido el Sr. Revilla, que sorprendentemente no participó en la reunión con el ministro de Fomento siendo el ministrín de las obras públicas cántabras o, el delegado del Gobierno que no actuó de acompañante lógico desde el punto de vista institucional en la reunión de las autoridades cántabras con el Sr. Alvarez Cascos. ¡Peaje a estas alturas, cuando Cantabria soporta desde hace treinta años retrasos en infraestructuras!. Por dignidad, ¡que pague el Estado de nuestros impuestos!.
Así están las cosas, amigo comunicante. Transcribo sus últimas líneas: "lamento la debilidad, la falta de vitalidad de esta tierra, que por no tener, no tiene ni el vigor necesario para protestar". Por cierto, ¿donde estará el consejero de aguas?. Aragón sigue fuerte y firme en proyectar su propiedad sobre las aguas del Ebro. El botijo con las aguas de Fontibre que me envió por Navidad el señor consejero se lo he remitido al presidente de Aragón, con mis simpatías por esa comunidad tan aragonesa y española a la vez, recordándole que ya hace veinte siglos los escritores romanos escribieron que el río Ebro nace en el "país de los cántabros".
(ALERTA 20.01.2001)