Ausencia de un carácter cántabro y reivindicativo

Las mociones aprobadas hace unos días por el PRC las puede suscribir un partido centralista que, además, ostente el poder. Sus contenidos representan una falta de identidad y renuncia a una defensa a ultranza de los intereses de Cantabria.

Hace unos días el partido en el poder PRC, coaligado con el PP en el Gobierno de Cantabria, ha celebrado una asamblea de cargos públicos que se ha desarrollado en un contexto que podría resumirse con esa manida frase de "balsa de aceite". Todos los acuerdos se tomaron por unanimidad, lo que indica que un partido que debiera, incluso, alentar un controlable sector radical, se siente más cómodo en el mando único, la obediencia debida y la moqueta confortable de un poder que puede ser efímero. Cierto es que me gustaría hacer otra lectura en este artículo y en la defensa del interés general de Cantabria, reconocer que existe una voz firme y contundente que defiende nuestra Comunidad Autónoma y que el regionalismo del señor Revilla/De la Sierra/Marcano sigue fiel a unas raíces que si bien pudieron ser sencillamente demagógicas para buscar un sitio bajo el sol, Cantabria precisa de otro tipo de actuaciones firmes y reivindicativas que el PRC lamentablemente ha abandonado, no sabemos si porque el líder renuncia a más batallas o, porque de lo que se trata es de mantener cómodamente la cuota de poder, aún a costa de desencantar a miles de cántabros. Veamos un análisis crítico de lo aprobado por el regionalismo oficial:

1.- VALDECILLA Y TRANSFERENCIAS SANITARIAS. La asamblea de cargos públicos pidió unas transferencias sanitarias bien negociadas que no hipotequen económicamente el futuro de la Comunidad Autónoma y que el hospital Valdecilla siga siendo un centro de referencia nacional. La aprobación de un texto con los contenidos ya expresados es innecesaria porque aparte de significar una declaración genérica, lo que se plantea es un simple acto de justicia y que las dotaciones económicas sean las que correspondan. Por cierto, es necesario señalar que todos estos planteamientos debiera defenderlos con ahinco el PRC en Madrid, pero en el pacto de gobierno con el PP prefirió acomodarse en la presidencia del Parlamento de Cantabria - puesto que no agota - que asumir un acta senatorial que hubiera garantizado una voz cántabra en las Cortes Generales no sometida a partidos centralistas. Esta dejacción - instalándose en la comodidad y no en la reivindicación positiva -, ha convertido al PRC - en palabras de un amigo que es un ciudadano de a pie y no tiene vinculación con la política - en un partido "localista" ya que los regionalistas de todas las Comunidades Autónomas intentan en cada convocatoria electoral estatal alcanzar un escaño en las Cortes Generales. Eso si, excepto el PRC.

En todo caso, sobre las dotaciones económicas de las transferencias asumidas por Cantabria, no ha sido nada afortunada su negociación en estos años, muchas de ellas, como la de enseñanza, con una carga deficitaria importante y que, con probabilidad, forma parte de ese incremento de la deuda de Cantabria en el pasado año 2000, que se ha elevado en seis mil millones de pesetas sin que el consejero de Economía aclare el destino de tan importante montante económico. En cuanto a que Valdecilla siga manteniendo su referencia nacional (por cierto, dimensión prevista en el Estatuto de Autonomía), el PRC obvia el gran debate: si las obras que se están realizando en el histórico hospital cántabro responden a la exigencia de un planteamiento cántabro en un campo tan decisivo como el de la salud de nuestros conciudadanos o, si como muchos cántabros opinamos, el Gobierno del PP-PRC ha sido débil y no ha representado el interés general de Cantabria a la hora de exigir - tras los cuatro muertos de hace año y medio - la construcción de un nuevo centro hospitalario que respondiera en su estructura y contenidos científicos y tecnológicos al siglo XXI. Por cierto, debo recordar que tanto el Sr. Revilla como el Sr. De la Sierra votaron en contra, al igual que los escaños populares, a la inclusión de un artículo bien claro, bien rotundo y bien reivindicativo sobre Valdecilla que figura en el Estatuto de Autonomía tras la reforma. Mi posición como ponente de la reforma y, finalmente mi voto, fue decisivo en que Valdecilla y lo que representa históricamente como de futuro, se encuentre con toda plenitud en el Estatuto de Autonomía vigente.

SITUACION DEL GANADO VACUNO. Según leo en los medios de comunicación los regionalistas apuestan por "la ganadería extensiva en vez de intensiva.." moción también aprobada por unanimidad. No figura en la declaración ni una sola cita sobre la amarga y dura situación que viven los ganaderos, el problema de las "vacas locas" , la caída de los precios, el deterioro económico de las familias ganaderas..., en definitiva, lo que realmente importa en un área que, además, en el Gobierno de Cantabria está bajo la dirección del PRC. Prometo escribir el próximo sábado un artículo sobre los sufrimientos de la familia ganadera y el caos del sector. Estos días he visitado algunas explotaciones ganaderas de Iguña y Toranzo y puede afirmarse que tristemente hoy los ganaderos son los "sin voz" de una lamentable situación que viven. Nunca, insisto, nunca, los intereses ganaderos han estado más desasistidos como hoy. Está claro que el dinero público consigue silencios clamorosos, mientras que en nuestras ferias un ternero de tres meses que hace un año se vendía a cuarenta mil pesetas, hoy se cotize por debajo de las diez mil. Es decir, ¡ni para el transporte!. Los regionalistas se pronunciaron también sobre el desarrollo rural y, también por unanimidad, se acordó "sujetar" a la gente en los municipios donde han nacido, pero "favoreciendo su desarrollo humano, cultural y económico". Así, como transcribo literalmente. Me cuesta aceptar esta propuesta porque el desarrollo de la personalidad y el acceso a la mejor formación, no puede tener fronteras. Revilla no hubiera sido quién es hoy si no llega a sobrepasar la frontera de Polaciones y probablemente yo no estaría escribiendo ésto si a mi me hubieran "sujetado" a mi pueblo de Cartes.

Pero el problema no es ya esta falta de "punch" reivindicativo del regionalismo oficial en los asuntos que hemos analizado, sino la ausencia de mociones sobre otros asuntos polémicos de Cantabria, que con tres o cuatro que citemos la cuestión queda diáfana: la autopista de peaje que por dignidad no debiera aceptarse cuanto esta Comunidad sigue sufriendo un retraso de un cuarto de siglo en la modernización de sus infraestructuras; el Plan Hidrológico, con una falta de voz lamentable y un olvido absoluto de las legítimas aspiraciones de Campóo tan sacrificado con el embalse del Ebro para el enriquecimiento de otras tierras aguas abajo; la progresiva caída industrial o el ferrocaril cuando se anuncian largos tramos de alta velocidad con inversiones billonarias para otras Comunidades Autónomas. En fin ¡qué falta de voz cántabra y cuanto sometimiento a la moqueta del poder!.

Entendería al PP en la estrategia de aprobar lo que ha aprobado por aclamación el PRC, pero es inasumible que un partido que se denomina regionalista haga cesión de una soberanía que se había ganado en la reivindicación y la defensa de los intereses de Cantabria. Bueno, tampoco debemos asombrarnos si una de las promesas bajo palabra de honor del regionalismo gobernante se llama túnel de ¡La Engaña!, aunque reconozca que en muchos municipios y en la militancia regionalista hay buenos y excelentes defensores de Cantabria que son los primeros en sentir frustación por una situación que no comparten.

(ALERTA 24.02.2001)