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Veinte años de autogobierno /15La apuesta cántabra de Setién: una referencia a imitar. |
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El
director técnico del Racing apuesta por un entrenador de nuestra cantera,
demostrando que hay que superar ese grave déficit de preferir al que
viene de fuera, menospreciando al de casa. Nuestros gobernantes son proclives –y ejemplos hay muchos- a la filosofía alicorta e insensata de considerar al cántabro y a nuestras empresas como opción secundaria a considerar en sus decisiones.
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Aunque
el título y contenidos de este artículo tiene, a primera vista, poco que
ver con la serie de reflexiones sobre el autogobierno en los últimos
veinte años, sin embargo, sintoniza
mucho con muchos de los déficits que dejamos aquí expresados que suceden
a nuestro alrededor. Si me
acompañan en este relato ya les adelanto un
resumen: el ejemplo y significado más allá de una simple anécdota
de la apuesta de Enrique Setién,
director técnico del Real Racing SAD por un cántabro
-Manuel Preciado- hasta
ahora con escaso curriculum técnico en el fútbol nacional para entrenar
a un Racing de primera división. No me
corresponde afirmar los valores y preparación del propuesto, pero no es
habitual esta apuesta por alguien que hasta ahora no ha entrenado a un
equipo de segunda división y, menos, de la división de honor del fútbol
español, cuando en ocasiones como la presente lo primero que hay que
asumir –por encima de otros criterios- es el riesgo
de ofrecer la oportunidad eligiendo a uno de los nuestros
que presente unas características más o menos idóneas. Personalmente
aplaudo la postura de Setién
de apostar por Preciado. Es más,
me enorgullece como cántabro que el director técnico del Racing -que está
a punto de alcanzar los éxitos que ya logró en el fútbol nacional-
asuma un riesgo por defender a uno de los nuestros que tiene, al menos, tantas
capacidades como otros de fuera que, además, se cotizan con bastantes
más ceros. Setién es un cántabro no solo de corazón sino de convicciones
y en esa andadura ha dejado muchas pruebas, aunque algunos de los nuestros
por mezquindades y envidias no hayan tenido la misma reciprocidad hacia él. Cuando
aquí es moneda corriente que muchos no hayan sido, finalmente, profetas
en su tierra, al asumir un plus de crítica
mayor que para el que viene de fuera, la decisión de Setién es ejemplarizante
al ofrecer una oportunidad trascendente a quién siendo de aquí, viviendo
aquí y teniendo sintonía con todo lo nuestro, merece una oportunidad. Setién la
tuvo finalmente –y la está aprovechando con evidente éxito-
aunque debió esperar varios años, no siendo el momento para relatar el
sufrimiento por el que pasó al salir del Racing por la puerta de atrás,
cuando por trayectoria y méritos se
merecía un portón del mismo tamaño por el que exhiben sus
credenciales quienes en el arte del toreo triunfan en la Maestranza. La
decisión de Setién de proponer para entrenar al Racing
–presumiblemente en primera división- a un desconocido
en el fútbol nacional, aunque contrastadas sus calidades técnicas y
humanas en el ámbito deportivo cántabro, deja en evidencia
a quienes tienen por costumbre –sobre todo nuestros gobernantes- de
apostar por el de fuera, menospreciando al de casa. En el Gobierno de
Cantabria tenemos ejemplos de personas con apenas raíces cántabras encaramadas
en puestos de alta responsabilidad y en áreas competenciales en las que
debiera cuidarse, sobre todo, el compromiso, la identidad y el sentir
desde la cuna la tierra de sus mayores. Recuerdo, a este respecto, que en la etapa de presidente del señor Diaz de Entresotos, con frecuencia el líder del PRC y hoy vicepresidente se mofaba en el Parlamento y los medios de comunicación de un consejero a quién denominó el mirlo blanco, que llegó de Madrid y tenía origen canario. Las hemerotecas podrían refrescar los términos hirientes en los que se expresaba el Sr. Revilla, entonces en la oposición. No contaba el hoy vicepresidente con que en su etapa de gobierno llegaría a compartir iguales tareas de Gobierno con personas de origen canario, vasco y castellano; sin embargo, así de cruda es la realidad para quién tanto dijo y prometió no caer en los mismos errores. |
En
mi etapa de diputado en la anterior legislatura, impulsé numerosas
iniciativas para reafirmar lo cántabro,
desde garantizar algunas ventajas posibles dentro de la legalidad para las
empresas cántabras en la adjudicación de contratos públicos, hasta
defender la rehabilitación del Ducado
de Cantabria o, declarar el Año
escolar de José María de Pereda en el centenario de su gran novela Peñas
Arriba, por citar tres iniciativas a bote pronto. Los partidos en el
Gobierno siempre rechazaron estas propuestas, que si no era asumible que lo hiciera
el PP, mucho menos el PRC. En
otro Parlamento y desde las mismas ópticas, el sentido del voto hubiera
sido, sin duda, más incardinado en la sensatez
y la defensa de lo que tenemos
más cerca, de lo nuestro. Igualmente
en mi labor de control del Gobierno –otra función parlamentaria de evidente
trascendencia- hice un seguimiento muy puntual sobre las adjudicaciones de
obras y la resolución de contratos menores que aprobaba el Gobierno
Sieso-Revilla. Denuncié –y son sólo dos ejemplos de los cientos que
podríamos comentar- cómo la estructura y la obra del puente de Torres
(Torrelavega) se encargó a una empresa de Asturias o, el puerto
de Suances fue adjudicado a una empresa de Madrid, cuando contamos con
empresas muy competentes en tales tareas que, además, pagan aquí sus
impuestos y mantienen empleo fijo, por citar, insisto, dos ejemplos de
iniciativas que defendí y logré –finalmente por perseverante- su
ejecución. En contratos menores, consejeros del PP y del PRC adjudicaban
servicios a despachos jurídicos o técnicos de fuera
de Cantabria que, además, decidían discrecionalmente, es decir,
siendo conscientes de que dañaban
intereses cántabros. Ahora mismo –y si miento y lo demuestran,
rectifico- más de ciento
treinta mil millones de pesetas de obra pública de la Administración
central y autonómica están adjudicados a empresas que no tienen sede social en Cantabria y, por tanto, favorecen con sus
impuestos a otras comunidades. Setién
ha demostrado con su decisión que entre nosotros existe un importante
margen en capital humano para
ofrecer oportunidades y decidir entre los nuestros. Con toda seguridad que tiene excelentes amigos
con los que defendió la camiseta de otros clubes, capacitados para el
puesto y con cierto nombre y experiencia a nivel nacional. Sin embargo, ha
optado por uno de los de aquí,
por alguien cuyo nombre no suena a nivel nacional pero que con una
oportunidad también puede triunfar,
como le ha ocurrido al propio Setién. No le faltan al director deportivo
del Racing –a punto de conseguir un gran éxito como los que ya obtuvo
en su etapa de futbolista- convicciones
cántabras y, además, demostrarlas. Su apuesta por Preciado es
ofrecer una oportunidad trascendente
a uno de los nuestros, cuando vemos y sufrimos cómo empresas cántabras
que dependen, en gran medida de la voluntad de los cántabros, contratan a
personas de otras comunidades, ignorando
que con iguales calidades profesionales o mejores los tenemos aquí. No
quiero dar más detalles para evitar una mayor irritación ciudadana,
aunque si expresar mi denuncia de quienes –sin justificación ni
argumentos- menosprecian a los nuestros. Enhorabuena
a Setién por su éxito como
entrenador en la primera
oportunidad que se le ofreció en su tierra, así como por su elección
de un cántabro que le
sustituirá en el puesto y que en saberes futbolísticos no es menos que
cualquiera que viniera de fuera. Manolo Preciado no solo está preparado
para la tarea, sino que, sobre todo, es uno de los nuestros. ALERTA 4/5/2002
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