La encuesta del CIS, los votos y los problemas de los cántabros
Sieso y Revilla solo se han referido a si suben y bajan, menospreciando que opinan los cántabros sobre sus adversidades de presente y futuro.

Este es el claro mensaje de nuestro pueblo: ha empeorado la vivienda, el desempleo, la ganadería y pesca, la industria y el comercio.
     Desde esta colaboración semanal venimos insistiendo en que las cosas marchan regular-mal para los cántabros en estos últimos tiempos y que el Gobierno Sieso-Revilla no ha mejorado, sino todo lo contrario, algunos aspectos importantes de la vida de nuestro pueblo. Vengo argumentándolo con insistencia, en la labor de crítica constructiva que nos corresponde a los ciudadanos, frente a la propaganda y cegada euforia de nuestros gobernantes para quienes todo parece ir muy bien, sobre todo para ellos.

No obstante, antes de entrar en materia, debo hacer una crítica profunda hacia los señores Sieso y Revilla por cuanto han salido a analizar la encuesta en relación a los votos que la misma ofrece para sus siglas. Para unos gobernantes el apartado electoral, aunque importante, debiera ser un tanto secundario, por cuanto lo trascendente es lo que opinan los ciudadanos de sus problemas, de la eficacia e ineficacia, de sus temores e incertidumbres. Sin embargo, a esta parte de la encuesta se la ha dedicado escasa atención, quizás porque las conclusiones son duras y adversas para un Gobierno que lleva camino de los ocho años de gestión en una etapa en la que han llegado fondos importantes y cuantiosos a la Comunidad Autónoma tanto de la Unión Europea como del Estado.

La prueba de cuanto venimos señalando con criterios razonables la encontramos en las respuestas que los cántabros ofrecen a la Centro de Investigaciones Sociólógicas (CIS) que manifiestan conclusiones ciudadanas como las siguientes:

1.- Cuestiones o problemas que han empeorado en los últimos tres años. A la pregunta veintinueve, los cántabros han dejado respuesta inequívoca en estos apartados: vivienda, que ha empeorado para el 34,4 por ciento); el desempleo (33,5 por ciento); ganadería y pesca (42,5%) y la situación de la industria y el comercio (30,8 por ciento). Es importante subrayar para demostrar la Arcadia feliz en la que vive el Gobierno, que tan solo un 13,5 por ciento de cántabros estima que el sector industrial ha mejorado. Además, para los cántabros sigue en situación igual la seguridad ciudadana (48,8 por ciento); la educación (42,5%); la lucha contra la droga (44,3%); la sanidad (42,7 %); la protección del medio ambiente (43,8%) y el funcionamiento de la Administración autonómica, con un 52,4 por ciento. Los cántabros solo perciben con cierta nitidez la mejora en las infraestructuras.

2.- Mayoritaria opinión de que la situación política y económica es regular-mala.
A las preguntas cinco y seis del cuestionario el conjunto de respuestas no admite dudas. Sobre la situación política, tan solo un 29 por ciento afirma que es buena y un 65 por ciento contesta que es regular-mala; lo mismo ocurre con la situación económica, que baja al 25,8 por ciento la de los que la califican como buena, mientras un 70,6 por ciento contesta que es regular-mala-muy mala.

3.- El paro el problema más acuciante para los cántabros. La pregunta dos de la encuesta es también concluyente y demuestra hasta que punto la propaganda oficial es absurda e inútil: los cántabros en una proporción nada menos que del 73,3 por ciento apunta al paro como el primer problema de los cántabros. ¿Cómo queda la insistencia gubernamental en señalar que somos los primeros de España en crecimiento económico?. Es inútil engañar durante mucho tiempo. Se puede hacer para salir de un apuro, pero al final la mentira queda al descubierto. Esta semana el informe de Eurostat perteneciente a la Unión Europea es determinante para desgracia nuestra: Cantabria figura en un grupo de quince regiones europeas (de las más de doscientas de la UE) que más dificultades tiene para crear empleo. Estamos a un mismo nivel que regiones italianas como Sicilia y Calabria o la francesa Córcega. El Gobierno Sieso-Revilla ha callado ante las conclusiones de este contundente informe de la Unión Europea.

4.- Los cántabros percibimos que la distancia económica entre las autonomías se agrava. Este es otro mensaje que los cántabros enviamos al Gobierno de la Comunidad Autónoma: las diferencias económicas se han incrementado en estos años y, además, creemos que se agravarán. Así, a la pregunta veintiséis, los ciudadanos considera en un 52,4 por ciento a las diferencias han aumentado y tan solo un 21,1 por ciento que han tendido más bien a disminuir. Y cara al futuro, estimamos en un 43,6 por ciento que esas diferencias o distancias se incrementarán y solo un 20 por ciento que disminuirán. Otro 27,34 por ciento estima que permanecerán más o menos igual que en la actualidad.

5.- Nula percepción ciudadana de que la gestión por áreas del Gobierno sea "muy buena". De acuerdo con la propaganda institucional en la que se vienen gastando muchos cientos de millones de pesetas y de las declaraciones de los responsables políticos del Gobierno, podría pensarse que los ciudadanos cántabros tienen una opinión "muy buena" del Gobierno Sieso-Revilla en las distintas competencias que vienen ejerciendo. Pues bien, nada más lejos de la realidad. En vivienda, capítulo que administra el señor Revilla, tan solo el 0,7 por ciento de los cántabros califica de "muy buena" la gestión, mientras que los que la califican de "muy mala" ascienden al 11,7 por ciento; quedando por debajo del uno por ciento aspectos tan esenciales para el ciudadano como la seguridad ciudadana, la lucha contra la droga, el desempleo, la situación de la ganadería y pesca, la evolución de la industria y el comercio y el funcionamiento de la administración autonómica.

6.- Un 62 por ciento considera que la gestión del Gobierno en los últimos tres años ha sido regular-mala. La pregunta treinta y tres de la encuesta requiere respuesta sobre la calificación que los cántabros otorgamos a la gestión que viene realizando el Gobierno de Cantabria durante los últimos tres años. En este apartado, tan solo el 2,2 por ciento la consideran muy buena, un 30,3 como buena y mala-regular un total del 62 por ciento de los ciudadanos de Cantabria. Los datos aquí son igualmente concluyentes y no debieran promover euforia, sino todo lo contrario.

Hasta aquí algunas de las lecturas más interesantes de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas que, insistimos, ha sido excesivamente valorada en función de los votos pero no de los problemas de los cántabros. Era conveniente, por tanto, profundizar en este estado bastante anímico de los ciudadanos de Cantabria respecto a lo que está ocurriendo con un gobierno que después de casi ocho años de gestión no concita, por supuesto, euforias, sino lecturas bastante a la baja en cuanto a su gestión y eficacia. Estos son los problemas que venimos denunciando semana tras semana, como diagnóstico de nuestro pueblo que ahora se traduce en una realidad como conclusiones de una encuesta que, con seguridad, es más sincera en cuanto a apuntar los problemas que en confesar su voto. Por cierto, nada menos que el 3 por ciento de los cántabros (un total de diez mil ciudadanos con derecho a voto), están instalados en una decisión respetable: votar en blanco. ¿Por qué será?. Es una pregunta para reflexionar y apuntar las razones. Quizás lo hagamos más adelante.

El PSOE, ¿una corriente de opinión del Gobierno PP-PRC?.

Hace poco escribíamos un artículo en estas mismas columnas afirmando que si bien contamos con tres siglas partidistas en el Parlamento de Cantabria, más o menos tenemos un solo partido único: el que une a PP,PRC y PSOE en sus intereses e influencias. Los resultados de la encuesta nos sitúan a un PSOE que más que un partido como alternativa real de gobierno a través de una oposición firme, sensata, radical y convincente, se comporta como una corriente de opinión dentro de los partidos del Gobierno. Digamos que está en la hidra de los asuntos más sospechosos, aguantando el palo y asumiendo, al tiempo, los palos, brillante aportación de la secretaria Gorostiaga a favor de sus hipotéticos adversarios políticos. La encuesta señala en las respuestas a la pregunta treinta y cuatro, que no hay un solo cántabro que afirme que la oposición lo hace muy bien; tan solo un 10,6 por ciento afirma que su labor es buena y un 75 por ciento que es regular-mala-muy mala. En otra de las preguntas, la oposición socialista sale malparada al no tener credibilidad alguna como alternativa.

Todo este conjunto de respuestas ponen de manifiesto que los cántabros parecen dispuestos a ampliar el pluralismo político de las instituciones con la presencia de nuevos partidos. Entienden que el esquema político cántabro está enfermo porque la política de Cantabria no es cosa de tres, sino en lo trascendente de tan solo uno al plegarse los demás a los intereses y a las componendas. El cántabro hila fino y observa que estamos ante un contubernio de tres grupos que se dicen diferentes, pero que forman parte de una hidra dominada por los intereses y que, para su bien personal, nada cambie. Y eso es apuntar a Cantabria a un naufragio total.






ALERTA
23 de Noviembre de 2002


© José Ramón SAIZ
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