Siete años de retraso del tramo de autovía Unquera-Llanes
© José Ramón SAIZ

     El Ministerio de Fomento debe comprometerse en un calendario que prevea la inmediatez de los trámites que falten para evitar más encontronazos institucionales y, sobre todo, relegar un tramo antiguo de carretera que en los últimos años se ha cobrado demasiadas víctimas.

En los últimos años he dedicado más de un artículo a denunciar la situación de retraso del tramo de la autovía del Cantábrico de Unquera a Llanes, muy importante para culminar la aproximación de las dos comunidades y, especialmente, impulsar aún más las excelentes relaciones que históricamente vienen existiendo entre la villa llanisca y Cantabria. Cuando aún existían las carreteras, modernizadas en parte, de la etapa de la dictablanda de Primo de Rivera, los llaniscos tenían más cerca Santander que Oviedo y Torrelavega que Gijón, de ahí que surgieran unas excelentes relaciones que perduran. Hoy, finalizada la autovía del Cantábrico en su recorrido por la comunidad cántabra, se mantiene esa proximidad, a pesar de la situación de retraso -¡casi siete años!- del tramo de autovía entre Unquera y Llanes.

En este tiempo, ha habido muchos silencios desde Cantabria sobre este lamentable retraso, si bien tras la cumbre entre los gobiernos de las dos comunidades vecinas se ha demandado la urgencia de construcción de este tramo, fustigando de paso al ministro de Fomento, señor Álvarez Cascos. El presidente astur, Álvarez Areces, ha sido el primer beneficiado de la declaración de los dos gobiernos ya que el político asturiano es su bicha particular (y viceversa), ya que no mantienen relaciones personales y las institucionales están muy deterioradas, a pesar de las quejas de Areces al presidente Aznar.

Pero al margen de estas miserias políticas que tanto perjudican el interés general de los ciudadanos, es conveniente reiterar la necesidad de que se agilicen los trámites administrativos para la ejecución definitiva de la unión por autovía entre Unquera y Llanes que con un retraso, a todas luces injustificado, ha puesto de evidencia, con lamentable reiteración, la peligrosidad de un tramo de la N-634 (hoy en desuso si estuviera lista la autovía) que en los últimos cinco años ha costado la vida a quince personas, incluidos los escolares de Colombres en un trágico accidente ocurrido en 1998. El último accidente mortal ocurrió recientemente en Vidiago, muy cerca del límite con Cantabria.

El principal problema que ha existido en torno a la construcción del tramo referido ha sido, sin duda, la judicialización abierta sobre presuntas irregularidades en cuanto a su trazado, por un lado, y la adjudicación de las asistencias técnicas en la que los querellantes observaron presuntos delitos de falsedad documental, por otro. Las controversias entre el colectivo vecinal Peña Tú y el Ministerio de Fomento, así como la desesperante lentitud judicial, ha provocado la acumulación de un retraso injustificado que está generando un grave daño a las dos comunidades autónomas y, en especial, a la villa llanisca en su tradicional relación con Cantabria, una relación que ha propiciado que los principales promotores de viviendas en Llanes sean empresas cántabras y no asturianas.

Hace ya varios meses que la adjudicación de tramo se desbloqueó judicialmente, lo que obliga a las autoridades competentes a agilizar al máximo la construcción de este tramo, perdidos ya unos años vitales. Hay que pensar que en el fondo de las controversias abiertas en estos últimos años, no existan dobles intenciones y que tanto el Gobierno central como los de las comunidades de Asturias y Cantabria, estén muy interesados por comenzar las obras y que puedan verse concluidas en un plazo lo más breve posible. Es lo que se espera. Por ello, sería positivo que el Ministerio de Fomento ofrezca un calendario que prevea la inmediatez de los trámites que falten para evitar más encontronazos institucionales y, sobre todo, reelegar un tramo antiguo de carretera que en los últimos años se ha cobrado demasiadas víctimas.

Cantabria y la zona del oriente de Asturias -bello nombre del histórico semanario de Llanes- tienen muchas cosas en común. Los indianos, los bolos, la convivencia a través de muchos siglos de vecindad y, en este siglo, las relaciones económicas. En la mirada a Europa de los vecinos asturianos, la distancia con Cantabria se hace inexistente cuando finalmente se concluya la autovía y, en especial, este polémico tramo entre Unquera y la villa llanisca. Ahora, las voces reclamando que este tapón se derribe son mayores y al más alto nivel institucional de las dos comunidades vecinas. Ya era hora terminar con ese silencio desde Cantabria sobre el injustificado retraso de ¡siete años! de una autovía que reforzará el abrazo entre dos tierras unidas en una misma historia milenaria.


ALERTA - 4 de octubre de 2003