Pedro Crespo de Lara
© José Ramón SAIZ      

Nadie mejor simboliza el prototipo de embajador permanente de Cantabria en Madrid: sabe de diplomacia, tiene excelentes formas, abre puertas de despachos y conquista con el saber y el hacer, además de ser un profundo conocedor del periodismo.

El próximo domingo Pedro Crespo de Lara va a recibir en su pueblo natal de Cabezón de la Sal el homenaje de una asociación que promociona el traje regional. Me parece estupenda la iniciativa porque este periodista, escritor, poeta y profesor de aires diplomáticos y excelente oratoria, ha rendido muchos servicios a su tierra y bien es merecedor de otros reconocimientos, de los que por cierto siempre ha huido.

Hace muchos años que conozco a Crespo de Lara; quizás nuestro primer encuentro transcurrió en una de mis visitas –en los inicios de los setenta- a la sede de aquel gran diario Informaciones para entrevistar a don Víctor de la Serna Gutierrez-Repide, máximo representante entonces de una estirpe familiar vinculada tanto a la cultura como a la tierra cantabra, que paseaba su hombría de bien y prestigio por Madrid y que fue uno de aquellos senadores que con acierto designo el Rey para completar aquellas Cortes Generales que aprobaron la Constitución de 1978.

Pedro Crespo de Lara es un profundo conocedor del mundo de la prensa; vive el periodismo con la misma intensidad que siente la poesía y como grandes dotes personales posee un magnifico estilo y brillante oratoria. Para Cantabria es un lujo y Cantabria, como a otros, no ha sabido extraer de este cabezonense sus enormes posibilidades de gran embajador de nuestra tierra, allí donde ha estado. Nadie mejor que Pedro simboliza el prototipo de embajador permanente de Cantabria en Madrid. Si un embajador es aquel que siente y ama una idea, en este caso la del terruño natal, sabe de diplomacia, tiene excelentes formas, abre puertas de despachos y es respetado por su saber y hacer, sin duda estamos ante las aptitudes que siempre he visto -en sus manifestaciones mas brillantes- en Pedro Crespo de Lara.

Nuestro paisano formo parte de la escuela periodística de Informaciones y en su viejo caserón de la calle San Roque, del viejo Madrid, profundizo en sus relaciones con Víctor y Jesús de la Serna, este ultimo el gran director de aquel vespertino que hacia periodismo serio, riguroso, que ofrecía aires europeístas cuando Europa y su ideal estaban aun lejos y casi eran materia prohibida, que comenzó a dibujar y alentar la transición política con su suplemento político, no menos cuidado y enriquecido en firmas que aquel económico que llevaba otro cantabro de nombre Eduardo Barrenechea y que se tiraba en paginas amarillas o, el de letras que cerraba con “Los Cuadernos de la Romana” de Gonzalo Torrente Ballester. Eran aquellos tiempos en los que uno ya trabajaba en Pueblo, que era la competencia, pero admiraba el equilibrio, la ponderación y la independencia de Informaciones que tenía para mí, además, el sabor montañes/cantabro que emanaba de la influencia de los De la Serna y Crespo de Lara.

Uno de los mejores cursos que se han organizado en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo sobre libertad de prensa lleva su sello personal. Fue en 1981 y por la UIMP, bajo su dirección, paso lo mas representativo del momento: desde Peter Galliner hasta Juan Luis Cebrian, Emilio Romero, Luis Angel de la Viuda, Javier Baviano, Pedro J. Ramírez, Manuel Martín Ferrand, Jesús de la Serna... Toda la doctrina que se impartió en este curso quedo glosada en un magnifico libro que gracias a su buen hacer representa todo un compendio de la historia del periodismo español, con sus nombres mas prestigiosos y sus cabeceras mas representativas. Opiniones, controversias, fundamentos jurídicos sobre libertad de prensa; en fin, todo lo que se escucho en las aulas de La Magdalena forma parte de un libro que representa, por su excelente estructura, una parte de sus profundos conocimientos sobre Prensa y Periodismo a cuyas tareas se entrego, también con éxito reconocido, como secretario general de la Asociación de Editores de Diarios de España (AEDE).

Pedro Crespo de Lara tiene también en su haber como director-coordinador una gran obra impulsada desde la Fundación Marcelino Botín como fue “Perfiles de Cantabria”, una visión de la historia de nuestra comunidad desde todas las miradas posibles y, de vez en cuando, nos sorprende con sus evasiones poéticas que nos presentan al poeta de exquisiteces en el uso de la lengua.

Acompañeremos a este maestro de las letras y las formas en el acto del domingo en el que recibe un homenaje merecido, todo un acierto de quienes fomentan el traje regional. Uno de esos homenajes no buscados, que nos recuerdan la presencia entre nosotros de personas excepcionales. Una de estas es Pedro Crespo de Lara.


ALERTA - 29 de julio de 2003

© José Ramón SAIZ


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