Atentos todos a Fomento
Los cántabros queremos que Magdalena Álvarez sea una excelente ministra en la ejecución de nuestras infraestructuras. Dos noticias preocupantes se han deslizado en esta semana que finaliza. Del Gobierno de la nación anterior heredamos la puesta en marcha de la Autovía de la Meseta y un compromiso que se elevó, entonces, a compromiso ético y razón de Estado: su finalización para el 2005. Hoy, ya todos aceptan este incumplimiento grave, un hecho que va a repercutir negativamente en nuestro crecimiento porque seguirá, en parte, el aislamiento centrado en esta infraestructura viaria. Hace tres años, Asturias resolvió definitivamente este problema y desde entonces ostentamos el título de cenicienta en comunicaciones ya que, al día de hoy, somos la única Comunidad Autónoma que carece de conexión moderna con la capital del Estado. La situación de ejecución de las obras no es la que nos cuentan desde las instancias oficiales, probablemente para no generar más escándalo y desesperanza; por un lado, los tramos cántabros no estarán finalizados hasta el 2007 (solo hay que ver la marcha de las obras y preguntar a los técnicos); por otro, en el territorio de la provincia de Palencia en al menos noventa kilómetros las obras no han comenzado. Y ya se sabe, hasta que no tengamos autovía con la capital palentina, no se puede colocar el ramo de obra concluida y, por fin, autovía directa con Madrid. El otro asunto se refiere al crecimiento económico, nuestro Producto Interior Bruto. Aún recuerdo que hace tres años el Gobierno de M. Sieso distribuyó un documento propagandístico afirmado que estábamos definitivamente instalados a la cabeza del crecimiento del PIB de las Comunidades Autónomas de España. Ya entonces dijimos que era una mentira pagada con dinero de nuestros impuestos. El resultado –lamentablemente para nosotros, los cántabros- está ahí: de acuerdo con los datos oficiales en el 2003 hemos sido la tercera comunidad en crecimiento más bajo, con lo cual la distancia con las comunidades ricas no solo no se reduce sino que se amplía. El cargo de este dato negativo -que es un suspenso sin paliativos-, apunta al pasado gobierno que aprobó y gestionó los presupuestos del año, con el correspondiente diseño de política fiscal y económica. El nuevo Gobierno se encontró con una situación de un elevado gasto ejecutado y casi todas partidas comprometidas. Por tanto, su responsabilidad comienza con los datos que ofrezca la evolución económica del presente año. Pero las expectativas que recientemente ha avanzado Hispalink no ofrecen tranquilidad, con una previsión de crecimiento para el 2004 igual al de la media nacional (2,8), que para el 2005 se situará tres décimas por debajo; previsiones que de cumplirse indican que el crecimiento será superior en 0,4 y 0,6 respecto a los datos oficiales que se han conocido estos días sobre el 2003. Mejoramos algo, pero de nuevo la distancia con las comunidades más ricas se abrirá aún más. El retraso en tres años de la autovía de la Meseta no ayuda a un crecimiento mayor. Y en este contexto de crecimiento muy limitado, tanto el Plan del Litoral del Gobierno del PP -que fracasó-, como el actual que está siendo contestado, significa un dato preocupante no solo en cuanto a un receso inmediato de la construcción –motor importante ante una industria estancada- sino que detraerá de las familias afectadas el valor de un billón de pesetas en términos no especulativos. No estaría de más una reflexión, salvo que queramos avanzar hacia un colapso o estancamiento de una comunidad en la que hay dos datos incuestionables desde hace unos años: más jóvenes tienen que salir de Cantabria en busca de un empleo profesional y, cada año se incrementa el número de prejubilados por reajustes de plantillas del sector industrial. En este contexto que plantea determinadas incertidumbres, tenemos que estar atentos –sobre todo los responsables políticos- a lo que ocurre en Fomento y sus planes para Cantabria. Desde Galicia, pasando por Asturias, hay inquietud con la nueva política de este ministerio netamente inversor. La oposición de hoy, que como Gobierno no cumplió como Cantabria se merecía, no ha dado tregua alguna a la nueva ministra y se ha lanzado a minimizar, sin pruebas aparentes, los proyectos a ejecutar. Afirman que es un retroceso frente a lo anterior, es decir, ante lo no hecho en estos años. Pero como no se trata de mirar para otra parte, bueno es que estemos alertas y vigilantes. Al menos, doña Magdalena Álvarez ha anunciado que se van a acelerar las obras de la autovía de Unquera-Llanes, por cuya finalización tanto hemos insistido desde esta tribuna. Fue el gran lunar de Álvarez Cascos que es necesario cerrar satisfactoriamente cuanto antes. La gestión de la ministra Álvarez ha comenzado con una decisión que, sorprendentemente, no ocupa la atención de nadie; ni de los grupos políticos ni de los empresarios. Me refiero a la autopista de peaje entre Zurita-Parbayón, obra de gran interés para la conexión con la autovía de Bilbao. Es cierto que lo del peaje es inaceptable, pero ya estaban presupuestados y asignados a Cantabria los cincuenta mil millones de pesetas de la obra. ¿Donde están esos dineros previstos para Cantabria?. ¿Se va a mantener la obra informada en todos sus trámites?. En caso negativo ¿se planteará con urgencia otra alternativa con lo que conlleva de retraso –tres o cuatro años en trámites- para ejecutar esta conexión urgente?. Es razonable demandar que la señora ministra conteste a estas interrogantes porque no es aceptable que Cantabria pierda un dinero presupuestado y dispuesto en la Intervención del Estado para su ejecución inmediata, tan inaceptable como el silencio que rodea a este asunto, a pesar de su alto significado inversor. Somos, por tanto, los más interesados en que la ministra de Fomento lleve adelante una buena gestión de nuestros intereses y ejecute con celeridad todas las infraestructuras pendientes, largamente demandadas. Razones históricas nos sobran después de un largo e insoportable aislamiento. Ahora mismo hay muchas promesas cruzadas desde La Moncloa, con motivo de los contactos del presidente Zapatero con los presidentes autonómicos. La mayoría, según sus declaraciones, han salido altamente satisfechos, lo que significa que el jefe de gobierno ha respondido afirmativamente a sus demandas. Otra cosa es si habrá dinero para financiarlas o si, como en otras ocasiones, ganarán los que más influencia tienen. Resuelto el problema de la deuda histórica de Andalucía y el cupo vasco, falta conocer el alcance económico del pacto catalán. El sobrante económico del coste de estos pactos y acuerdos representa el monto global en cuyo reparto estaremos incluidos. Esperemos que la distribución equitativa de la inversión del Estado se cumpla. Un ejercicio efectivo y justo de esa solidaridad debiera aplicar más dineros a Cantabria porque hasta el año 2008 tenemos un problema que todos tienen solucionado, como es la conexión con Madrid por autovía. Esperemos que el señor Revilla, ahora como presidente, exija más a sus socios de gobierno que lo que le permitía reivindicar su condición pasada. Mucha capacidad de persuasión va a tener que desplegar. ALERTA - 3 de julio de 2004 |