El mapa municipal de la Tres municipios asturianos y ocho de Burgos
En el año 1822 la imprenta de Clemente María Riesgo publicó un informe con el título “Estado de los Ayuntamientos Constitucionales, lugares, vecinos y almas que tiene esta provincia de Santander, formado por las razones que han dado los mismos ayuntamientos y los curas párrocos”, que nos ofrece una perspectiva exacta del territorio de la entonces provincia de Santander en los comienzos del siglo XIX, superior en algo más de seiscientos kilómetros cuadrados al actual de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Eran entonces 123 municipios con 34.034 vecinos y un total de 177.355 almas, según expresión de los redactores de este trabajo que lleva fecha 22 de marzo de 1822. Desde esa fecha a mitad del siglo XX el mapa municipal de Cantabria ha sufrido numerosos cambios, reduciendo su número a un total de 102, de los cuales un treinta por ciento aproximadamente cuenta con una población inferior a los mil habitantes. De la división de principios del siglo XIX a la actual, se han producido mutilaciones importantes de nuestro territorio, con la pérdida de tres municipios asturianos y ocho burgaleses; se han modificado nombres de un buen número de municipios y otros han sido absorbidos, como veremos en este trabajo. Los once municipios que perdió la antigua provincia de Santander por decisiones unilaterales del Gobierno central –es decir, sin consulta popular entre sus habitantes-, tienen actualmente una especial importancia; solo hay que citar los tres de Asturias para comprender cómo hasta bien cerca en el tiempo Cantabria conservó una parte importante de su antiguo territorio que hace veinte siglos llegaba hasta el Sella. En concreto, los municipios de Peñamellera Alta, con capital en Alles, y los pueblos de Llonín, Ruenes, Rozagas, Caraves, Ozeño, Trescares y Mier que entonces sumaban mil cien habitantes; Peñamellera Baja, con Panes como cabecera, y las poblaciones de Merodio, Buelles, Cimiano, Zoarias, Ontamio, Bores y Cuñaba con un total de mil quinientas almas, y el municipio de Rivadedeva, que en torno a su capital Colombres, sumaba las poblaciones de Bustio, La Franca, Pimiango, Noriega, Villanueva y Vilde, con una población de mil quinientos habitantes. En total, ciento treinta kilómetros cuadrados que suman estos tres municipios desgajados de Cantabria en 1835. Los municipios cántabros que a partir de 1822 pasaron a jurisdicción burgalesa fueron los de Arreva (1.340 habitantes); Santa Gadea (250 habitantes); Soncillo (951 h.); Bricia (952 h.); Zamanzas, con Orbaneja del Castillo como pueblo simbólico (496 h.); Viérgol (1.606 H.) ubicado en el valle de Mena y Tudela (1.153 H.) y Villasana de Mena (1.563 H.) –este último con una extensión de 263 km2- en la comarca de Merindades de la actual provincia de Burgos; todos ellos próximos a la comarca de Campoo y a la zona de Balmaseda. Algunas poblaciones de estos municipios siguen en pie como Cidad, Cilleruelo, Villamediana, Gallejones, Arija, Bascones y Barrio. Estos municipios entonces cántabros, hoy burgaleses, sumaban alrededor de quinientos kilómetros cuadrados. De aquel mapa municipal de 1822 hay datos curiosos como el que nos ofrece la división entre Torrelavega y Viérnoles. Mientras el primero estaba formado por Torres, la villa de Torrelavega (entonces con 161 vecinos y 649 almas), Sierrapando, Ganzo y Dualez con un total de 1.332 habitantes; el de Viernoles –que hoy es la única pedanía del municipio de Torrelavega- estaba formado por La Montaña, Cohicillos, Tanos, Lobio y Campuzano, sumando 1.560 habitantes, es decir, una población superior a la de Torrelavega. Como dato igualmente curioso, Barreda pertenecía en esta división al municipio de Polanco. Se da también el caso de municipios que como Piélagos se formaron a través de un proceso de fusión de dos términos municipales autónomos: Arce (Puente Arce, Oruña, Rumoroso –este pueblo pasó hace algunas décadas a la jurisdicción de Polanco- Barcenilla, Boo, Mortera y Liencres, y el de Piélagos, con los pueblos de Quijano, Vioño, Zurita, Carandía, Renedo, Cianca y Parbayón. No aparece como núcleo de población en 1822 la actual capitalidad, Renedo. Cada uno de estos municipios contaba con dos mil almas. En el último siglo y medio han sido numerosos los municipios desaparecidos por circunstancias diversas: Abadía de Santillana (formado por pueblos que hoy pertenecen a Cartes, Alfoz de Lloredo, Ruiloba, Udías y Santillana del Mar); Aras (con pueblos de Junta de Voto); Argomilla (Cayón); Argueso (hoy Campóo de Suso); Bárcena (cuyos pueblos se repartieron en los municipios de Saro y Villacarriedo); Casar de Periedo (formado por pueblos de Cabezón de la Sal, Alfoz de Lloredo y Reocín); Cereceda (el actual de Vega de Liébana); Correpoco (hoy en Los Tojos); Cosío (con pueblos de Rionansa); Estrada (formado únicamente por la población del mismo nombre); Guardamino (constituido por Ramales); Luey (dio paso al de Val de San Vicente); Los Llares y San Vicente de León (actualmente forman parte de Arenas de Iguña); Marrón (Ampuero); Novales (con otros pueblos constituyó Alfoz de Lloredo); Ontaneda (con parte de los pueblos de Corvera de Toranzo); Pámanes (Liérganes); Perrozo (hoy Cabezón de Liébana); Pie de Concha que con el también municipio independiente de Pujayo, alumbraron el actual municipio de Bárcena de Pie de Concha; Quejo (formado por Arnuero e Isla); Resconorio (hoy integrado en Luena), Rubayo (hoy Marina de Cudeyo); Sámano (que con otros pueblos forma parte de Castro Urdiales); San Mateo (el actual de Los Corrales de Buelna); Santibañez (Villacarriedo); Seña (hoy unido como pedanía a Limpias); Valdecilla (Medio Cudeyo); Valdevaró (Camaleño) y Viernoles, que hoy forma parte de Torrelavega. En la división de 1822 el municipio con más población era el de Santander que sumaba con sus pueblos 11.700 habitantes, de los que 8.500 residían en la capital. Los datos demográficos también ofrecen datos curiosos: seguían en población Vega de Pas con 3.629 habitantes; Soba (2.854 H.); Laredo (2.840 H.); Camargo (2.675 H.); San Pedro del Romeral (2.633 H.); Luey (2.492 H.); Cereceda (2.421 H.); Arenas de Iguña (2.403 H.); Castro Urdiales (2.311 H.); San Roque de Riomiera (2.152 H.) y Piélagos (2.000 H.). Curiosamente, los municipios de la zona pasiega, Liébana y la cuenca alta del Besaya que figuran en esta relación como los más poblados, hoy cuentan con menos población que hace ciento ochenta años. Sin duda, muchos datos para reflexionar sobre lo que fue el territorio de Cantabria no hace más de siglo y medio, y los profundos cambios demográficos que se han producido en este tiempo. Hoy, como ayer, se puede afirmar que nuestro mapa municipal debiera reformarse, operación sin duda nada fácil por el profundo arraigo de la institución entre sus vecinos, reacios a perder derechos e identidad. Nota: Sobre los límites territoriales de la antigua Cantabria ver mis artículos en ALERTA de 19 y 25 de agosto y 2, 7 y 8 de septiembre del año 2000. ALERTA - 18 de septiembre de 2004 |